Su particular manera de celebrar y la devoción de sus habitantes han hecho de Sabanalarga el municipio más apetecido en el Atlántico durante la época de Semana Santa desde hace más de 270 años.
Los cargadores, nazarenos, gateadores, las samaritanas y dolorosas son protagonistas en este espacio simbólico que ayuda a fortalecer y establecer una relación directa entre las personas y sus creencias.
Esto ha hecho que en el Congreso de la República se geste una declaratoria que consolide a esta manifestación cultural como un patrimonio de todos los colombianos.
De acuerdo con el historiador Xavier Ávila, la Semana Santa de Sabanalarga se remonta a la segunda mitad del siglo XVII, cuando el actual municipio fue reducido a villa y se estableció la parroquia como entidad administrativa y religiosa.
'Las primeras celebraciones de Semana Santa se verificaron en 1744, ya que esta fecha para los españoles era muy importante y en cada población que estuviera bajo su mando debía celebrarla, de ahí en adelante la comunidad se ha preocupado por seguir la tradición ', indicó.
Ávila explicó que la celebración de Sabanalarga es diferente a las demás porque 'no tiene un solo componente estricto donde manda la liturgia de la iglesia, sino que hay diferentes personas que traen aportes que enriquecen las muestras que se presentan durante esta temporada'.