La parcela de los Godoy se convirtió en su principal fuente de ingresos. En la vereda Alpes de Sevilla, en Galapa, Carmen Godoy detiene sus labores cada media hora para mover la pileta en la que de forma artesanal fabrica la espirulina, considerada por la industria de la salud como ‘el oro verde’.
Esta microalga fue declarada por la Organización de las Naciones Unidas como el 'mejor alimento para el futuro' debido a las propiedades nutricionales que posee. Por tal razón, desde hace tres meses la Alcaldía de Galapa en alianza con la Fundación Atlántida decidieron crear e invertir en un proyecto que pudiera favorecer a seis familias de este municipio para crear, desde sus hogares, un producto que les permitiera tener ingresos fijos.
'Estoy muy agradecida porque la Fundación nos escogió para realizar este proyecto. Me gusta porque puedo trabajar en la pileta, hacer otras cosas en mi casa y tengo la visión de tener más piletas para seguir ayudando a las personas de la comunidad que necesitan este medicamento natural', manifiesta Carmen Godoy, cultivadora de espirulina y líder del proyecto.
El proceso para su fabricación es arduo. Se necesita disciplina, paciencia y responsabilidad para que el resultado final pueda ser comercializado con éxito. Para lograr una espirulina de excelente calidad lo primero que se debe hacer es mover la pileta para que el alga se reproduzca más, cuanto más densa esté el agua, es mejor. Luego se lleva a un prensado artesanal para sacar toda el agua posible hasta que quede la pasta solamente.