Ante el impacto ambiental que ha generado la Segunda Circunvalar, construida al margen de la Ciénaga de Mallorquín, la concesión a cargo de la vía implementa un estudio ambiental para definir nuevas medidas que permitan proteger la población del cangrejo azul que habita en esa zona.
Una de las mayores afectaciones que ha sufrido el crustáceo y que ha dejado en evidencia EL HERALDO está relacionada con su proceso migratorio, el cual es obstruido por el separador vial que se construyó en la doble calzada.
La Concesión Costera informó que dentro del plan de monitoreo se han instalado cámaras que registran patrones de comportamiento del cangrejo, mediante la identificación de madrigueras y morfometría (tamaño y forma). Asimismo factores de amenaza de la población como caza ilegal y alteración de su hábitat.
Dentro del plan de manejo ambiental también realizan la siembra de mangle, con el fin de conformar 'una barrera viva que posibilite encauzar los animales hacia las obras hidráulicas habilitadas como pasos de fauna'.
Inicialmente el estudio fue contratado por seis meses, pero fue ampliado a un año, según el concesionario, por consideraciones que hicieron los diferentes actores que han participado en las socializaciones; es decir, comunidad de la zona, autoridades y entidades ambientales.
La idea es tener un ciclo anual que abarque los meses en los que se evidencia la presencia del cangrejo.
El estudio fue contratado con la Fundación Omacha, una organización que realiza estrategias para garantizar la conservación y el uso sostenible de ecosistemas, especies acuáticas y terrestres. La fundación trabaja en Colombia, Suramérica y otros países.
Dentro del grupo de especialistas que trabaja en la zona hay dos biólogos marinos y un ecólogo de zonas costeras, quienes trabajan en compañía de otros funcionarios de la Fundación Omacha.
El concesionario informó que el estudio avanza en un 80%. Hace falta una última jornada de campo y un taller con miembros de la comunidad de la zona, para luego elaborar el informe final que permita definir las medidas definitivas para garantizar el paso seguro de la fauna que habita en Mallorquín. Mientras eso ocurre, personal de la concesión inspecciona la zona y adelanta campañas de sensibilización.
El estudio en Mallorquín se realiza en cumplimiento de las medidas establecidas por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) en la Resolución 00464 de 2019.
Para socializar las medidas, el concesionario ha realizado mesas de trabajo con la participación de autoridades ambientales y comunidades aledañas a la Ciénaga.