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El 20 de julio de 1810, un viernes de mercado en Santa Fe, un grupo de criollos inició el levantamiento para acabar con el yugo de la corona española, una rebelión que concluyó con éxito nueve años más tarde en el cruce del rio Teatinos con la conocida confrontación de la Batalla de Boyacá. Aquellos hombres, con los bríos por las nubes y sin importar que la capacidad militar de sus rivales fuera aparentemente superior, se convirtieron en los primeros héroes nacionales al salir airosos de una batalla que, a priori, lucía muy desbalanceada.

Hoy, 210 años después de esa gesta, se libra quizá una de las más inesperadas, alarmantes, crudas y complejas batallas en el país. En esta ocasión, las armas no son espadas, fusiles, carabinas de carga o bayonetas, sino un enemigo invisible, con alta capacidad para hacer daño, que penetra el cuerpo sin ser detectado y que, en los peores casos, acaba internamente la vida de las personas o que las somete a una agonía en la cual ahoga, por algunos días, sus palabras y las hace pensar en lo peor.

Vestidos de blanco, con máscaras, guantes, trajes anti fluidos, tapabocas y otros accesorios que los hacen parecer una tropa de astronautas, un batallón de médicos y sus respectivos aliados pertenecientes a los distintos cuerpos de salud locales le hace frente, en la primera línea de la contienda, al enemigo que tiene paralizado al mundo en la actualidad.

Ellos, con eternas jornadas de trabajo y, a veces con críticas y amenazas de las mismas personas que defienden, se las han ingeniado para salvaguardar la vida humana de un enemigo sin precedente para el cual nadie estaba preparado.

Esta ‘guerra’, como casi todas, ha acabado con algunos de ellos, héroes sin capa, pero con bata, que tienen como objetivo ser el escudo del mundo ante el nuevo coronavirus.

Según el reporte del INS, en el país 3.655 trabajadores de la salud se han contagiado con el virus –357 en Atlántico–, 2.803 de ellos en desarrollo de su labor. 31 de estos profesionales han perdido la vida, 18 de ellos en nuestro departamento.

EL HERALDO, en el día que se conmemora la Independencia de Colombia, le rinde un homenaje a los profesionales de la salud de Barranquilla y el Atlántico que han fallecido por la COVID-19.