Compartir:

Hablemos de Julia Roberts en Eat, Pray, Love (Comer, Rezar, Amar) y no hay nada más que hacer que visitar Bali. Cuando fui por primera vez este año tenía expectativas de encontrar un pueblito playero, rodeado de playas increíbles, poco tránsito, hippies y motocicletas. La parte de las motocicletas estuvo acertada, pero lo demás no tanto.

Bali es el paraíso para surfistas, las playas no son necesariamente tranquilas para bañarse, sino que tienen grandes olas y corrientes fuertes. La isla de Bali es tan grande que toma más de 12 horas recorrerla completa sin parar en ninguna parte y en algunas partes el tránsito puede ser tan pesado como en la caótica Jakarta.

Sin embargo, el área de Ubud, que no es cerca de las playas, conserva todavía un carisma más acorde con la expectativa de ir a Bali: jugos de frutas naturales o de verduras, restaurantes vegetarianos, hippies y mochileros, yogis, templos budistas y, también, turistas. Si se busca algo más retirado, tipo para desconectarse, pero sin irse my lejos, Ubud es el lugar más ideal. Aunque si se busca combinar una vida tranquila, con la creación de una propia empresa, en Ubud hay una gran comunidad de expatriados que han elegido este lugar como segundo hogar para hacer sus negocios, así que termina siendo divertido para conocer gente también.

A pesar de que Bali no fue lo que esperaba, ni hubo rastros de Julia Roberts o Javier Bardem, este es un de esos lugares que tiene algo que te atrae. Un no sé qué, no sé dónde. Tal vez son los guapos surfistas que andan caminando por la calle sin camisa exhibiendo sus músculos perfectos, porque yo con eso ya me conformo. O tal vez es la energía positiva que se respira.

Justo cuando yo fui el festival de Galungan, uno de los más importantes de la isla y que pasa dos veces al año, estaba sucediendo y fue un espectáculo ver las calles decoradas, las mujeres con sus hermosos atuendos y los hombres bien vestidos dando sus ofrendas a los dioses, los desfiles en conmemoración y demás actividades que te invitan aprender sobre este antiguo ritual y sobre la cultura de este pueblo. Si se puede planear, recomiendo cien por ciento que se visite Bali cuando pasa el festival de Galungan y se queden en Ubud, porque es una de las experiencias culturales más lindas que he vivido y las personas más amigables y alegres que he conocido.