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En distintas ocasiones se han revelado detalles de todos los pormenores del rodaje de ‘Copa vacía’, la nueva canción de Shakira con Manuel Turizo. Sin duda, la cola de sirena de la artista barranquillera fue la protagonista y por ello tuvo las mayores dificultades, pues pesó 11,3 kilogramos. 

A la cantante se le dificultó hacer la grabación con su traje e incluso sufrió un accidente en el que el equipo de producción tuvo que sacarla con una grúa. 

Así lo reveló en entrevista con Alejandra Espinoza en el programa ‘Primer Impacto’.  'Se rompió la pecera, se empezó a inundar el set y me tuvieron que sacar como fuera de allí. Yo no podía salir porque tenía una cola de sirena y no podía salir escalando. Me tuvieron que sacar con una grúa, a lo sálvese quien pueda. Menos mal que solo fue una anécdota y estoy aquí para contarlo', mencionó de inicio.

En medio de su anécdota también señaló que Turizo vaticinó que iba a ocurrir ese incidente.  'Manuel me lo había advertido, me dijo que se iba a romper la pecera. Yo le dije que era imposible, que teníamos unos estándares de seguridad a prueba de balas. Pero lo que él vaticinó se cumplió', mencionó. 

Sin duda, Shakira con el cabello rosa, una cola azulada y guantes llenos de lujosas joyas, logró conquistar a sus seguidores mientras nadaba en la superficie del océano como una auténtica criatura marina.

Ante ello, millones de comentarios se publicaron en todas sus redes sociales sobre un videoclip que 14 horas después de su publicación acumula más de 4 millones de reproducciones y se mantiene #1 en tendencias de YouTube Colombia.

Uno de los comentarios que atrapó la atención de la artista y que decidió repostear en sus historias de Instagram fue el escrito por el usuario Víctor Cano.

'Esta vez vemos a Shakira como una mitológica sirena nadando en aguas tranquilas, Manuel hace su aparición irrumpiendo dicha tranquilidad y atrapándola en sus redes'.

Cano hizo alusión al gigantesco tanque de agua en el que estuvo Shakira mientras Turizo la observaba en lo que parecía ser el mundo exterior, como un símbolo de lo 'secuestrada' que se sentía en Barcelona.