Corría el 11 de junio de 1982 cuando ‘E.T. el extraterrestre’ llegaba a las salas de proyección, pero aún no se sabía que marcaría la historia del cine, sobre todo del de ciencia ficción. Cuarenta años después, la criatura sigue enterneciendo al mundo en su empeño de volver a su hogar.
La idea original surgió de la propia vivencia infantil del director, Steven Spielberg, afectado por el divorcio de sus padres y que inventó un amigo imaginario.
E.T. anhela volver a casa, en una galaxia a tres millones de años luz de la tierra y con la que intenta comunicarse ('mi casa, teléfono' se convirtió en una frase tan célebre que se integró en el acervo cultural). Él, al igual que el pequeño Elliot, siente que su hogar está incompleto.
La historia arranca en Crescent City (California). Botánicos extraterrestres reúnen muestras de vegetación para llevar a su planeta lejano, pero agentes del gobierno estadounidense los siguen y en su huida olvidan a uno de sus miembros.
Mientras, Elliot (Henry Thomas) es víctima de su hermano mayor, Michael (Robert MacNaughton) y sus amigos, que lo tienen como su sirviente y lo envían por una pizza.