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Mujeres, mayores de 40 años, protagonistas de carreras exitosas...¡y latinas! escalaron a la cúspide del evento deportivo más importante de los Estados Unidos: el Super Bowl.

Shakira, colombiana, y Jennifer López, neoyorquina de origen puertorriqueño, abrazaron sus raíces en un canto de orgullo y reivindicación por sus culturas en uno de los escenarios más blancos y anglosajones que existen en ese país, sacudido en la actualidad por duras políticas migratorias. 

La actuación tuvo lugar en el Hard Rock Stadium de Miami, en el ‘show’ de medio tiempo del juego final de la temporada de la NFL entre los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers, que en cuestión de minutos se transformó ante los ojos de los más de 103 millones de espectadores en EEUU, en un fascinante escenario en el que se entregaron las divas del pop latino. El evento tuvo un incremento del 4% en la teleaudiencia con respecto al ‘show’ de Maroon 5, en 2019, según la revista Variety.

Histórico

Por primera vez en el evento dos latinas fueron las estrellas de la noche, una elección que desde su anuncio vaticinaba un clima de reclamo por la diversidad e inclusión.

Las estrellas en su espectáculo de 15 minutos (en promedio) incluyeron otras dos voces de Puerto Rico y Colombia: los reguetoneros Bad Bunny y J Balvin, que intervinieron en el espectáculo sin mayor protagonismo.