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Es posible que frente a una playa paradisiaca lo último que le apetezca sea ponerse unos tenis para salir a correr.

En su lugar, hay una gran probabilidad de que prefiera tomar el sol, recorrer sitios turísticos y comer todas las delicias que pueda, pues las vacaciones son esa oportunidad de desconexión que se presenta, por lo general, una sola vez al año.

Para muchos, esta época de receso laboral o académico significa también una pausa en los ejercicios. El esfuerzo físico y el cuidado con la alimentación que hacen parte de la rutina diaria se suspende porque el disfrute y el tiempo en familia se vuelve la prioridad durante esos días.

Así las cosas, al terminar diciembre la báscula puede que empiece a recordarle que no debió comerse —si es el caso— dos platos de pernil, ni ese postre en la madrugada, ni los fritos que tanto le gustan para evitar empezar el año nuevo con unos cuantos kilos de más.

Natalia Restrepo, de 34 años, cuenta que año tras año se hace la misma promesa como propósito de Año Nuevo: 'mantener la línea'.

Explica que en algún momento del año, por más enfocada que esté en su objetivo, se distrae por los 'compromisos sociales de fin de año'.

'Por lo general en octubre empiezo a tener compromisos que me van alejando del gimnasio y del ejercicio. Cuando llega diciembre por los eventos y reuniones sociales pierdo el ritmo por completo. Regreso a entrenar en enero cuando debo bajar todo lo que subí en las fiestas'.

La Organización Mundial de la Salud define la actividad física como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía.

La entidad señala que la ausencia de actividad física en la vida de las personas es un factor de riesgo para las enfermedades no transmisibles, como los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y el cáncer.

La OMS recomienda practicar 150 minutos semanales de actividad física moderada en adultos de 18 a 64 años o 75 minutos de actividad vigorosa.

'Sin excusas'

Para el médico deportólogo Orlando Angulo, la actividad física debe ser parte de la vida diaria y no vista con obligación o tedio.

'Las vacaciones no son iguales a maltratar el cuerpo, al desorden o a la pereza. La idea es que durante esos días de descanso saque el tiempo para hacer alguna actividad, ya sea que busque un hotel que tenga un gimnasio o en un momento del día vaya a un parque a hacer algo de ejercicio'.

Angulo resalta la importancia de que la rutina de ejercicios sea suministrada por personal idóneo después de un análisis de la condición médica.

'La rutina debe ser prescrita por un deportólogo que conozca la condición médica del paciente para evitar lesiones', apuntó.

El profesional explica que algunas de las opciones para ejercitarse en vacaciones son las caminatas, el nado en aguas calmadas, el baile y otros ejercicios cardiovasculares.

'Caminatas con control de las pulsaciones, ejercicios de fortalecimiento diseñadas para hacer en casa, o trabajar con un entrenador que siga la prescripción del deportólogo, son algunas de las recomendaciones', dijo.

Las calorías sí cuentan

La nutricionista Cristina Pacheco señala que la llegada de las vacaciones de fin de año es, para algunas personas, equivalente a excesos. Excesos con la comida, con la ingesta de grasas perjudiciales, con el alcohol, los azucares y los alimentos procesados.

'Las fiestas no son sinónimo de desenfreno. Es falso eso que dicen que en diciembre las calorías no cuentan. La buena alimentación y el ejercicio hacen parte de un estilo de vida saludable que debe mantenerse todo el año. Esto no quiere decir que no debemos ser flexibles y disfrutar de esa comida deliciosa, pero sí es importante tener en cuenta que la idea no es ganar sobrepeso', dijo.

Angulo concuerda con que no se trata de caer en un atracón de comida, sino de disfrutar con la familia y divertirse con moderación.

Mantenerse en forma

Aún en vacaciones es posible mantenerse en forma sin perderse de las cenas de Navidad, Año Nuevo y Reyes Magos.

El secreto, según Carlos Benavides, experto en acondicionamiento físico, está en no perder el ritmo en el entrenamiento.

'Cuando una persona ya está acostumbrada a una rutina de ejercicios las ausencias por muchos días, incluso meses, del lugar de entrenamiento puede hacerle perder el ritmo y echar a la basura meses de trabajo'.

Según él, uno de los problemas más frecuentes de sus clientes personalizados es que en diciembre se van de fiestas, postergan el ejercicio, se exceden con la comida y cuando vuelven en enero les toca, en ocasiones, empezar de cero.

'Una de las recomendaciones para que esto no ocurra es sacar un tiempo al día, al menos 30 minutos, para mantenerse activo. Manejar bicicleta, caminar con un buen ritmo, saltar cuerda, bailar, hacer sentadillas libres, si están en su plan de entrenamiento y otros ejercicios con los que esté correctamente familiarizado', explicó.

Por fortuna —lo contrario para los que buscan excusas para no entrenar— hoy en día existen múltiples herramientas para mantenerse activos, ya sea desde casa o desde el lugar que se encuentre disfrutando su descanso.

'Está demostrado que una rutina intensa y corta de 20 a 25 minutos puede ser tan efectiva como la que demora una hora en un gimnasio. Con elementos que tenemos en casa, unos escalones, unos elásticos, una silla, podemos elaborar buenas rutinas. Es cuestión de voluntad, explicó en una entrevista Tata Gnecco, coautora del libro Fit para siempre y cocreadora del método Fun2fit.

A unos cuantos días de concluir el 2019, Hammer Rojas , fisioterapeuta y entrendor en Spinning Center, señala que la rutina no se pierde fácilmente si existe un cambio verdadero y consciente de 'estilo de vida'.

'Cuando existe una rutina real, existen buenos hábitos. Trasnochar, beber, fumar, comer alimentos dañinos no es la constante de los que le apuestan a la salud. En todo caso, siempre es posible volver a retomar los buenos hábitos', concluyó.