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Maritza Gonzáles-Rubio es una mujer de 75 años que se ha dedicado a celebrar la Navidad en toda la extensión de la palabra. Al igual que muchas amas de casa arma el arbolito y reza la novena, pero además colecciona pesebres en miniatura. En su hogar cuenta con una colección que ronda los 70.

Los tiene en casi todos los estilos y materiales, algunos han sido fabricados por ella misma y otros los ha recibido como obsequios después de que personas allegadas a ella conocieran su afición.

Una de las principales razones por las que este tipo de pesebres llama la atención, a parte de su diminuto tamaño, es la complejidad con la que se elaboran. Para nadie es un secreto que este esta representación del nacimiento de Jesús requiere de detalles especiales con el fin de captar las miradas de la gente.

La afición de esta barranquillera nació, curiosamente, en Bogotá después de asistir a varios cursos de manualidades y múltiples ferias. Lo hacía porque sus hijas estudiaban en la capital del país.