Los residuos textiles pueden tener una nueva vida desde la sostenibilidad.
Las telas, fibras y demás elementos sobrantes de los procesos de la industria terminan, usualmente, en los rellenos sanitarios. Esta vez, vuelven a la cadena productiva como un nuevo componente útil: madejas de hilos, que más tarde serán insumos para materializar la creatividad de los artesanos del Atlántico.
Estos retazos y desperdicios textiles son convertidos en mochilas, hamacas, manteles y demás productos hilvanados por las manos expertas de estos portadores de tradiciones de la región
Investigadores de la Universidad Autónoma del Caribe desde el grupo Ecodesarrollo junto a Alianza Estratégica Textil y Atlánticocrea buscaron reutilizar estos desechos usándolos como materia prima para crear hilo reciclado a través del diseño y desarrollo de una máquina desfibradora, que según Astrid Barrios, directora del proyecto, es la primera en la región.
Proyecto
En Casa Club Caribe, Centro de Eventos de la Universidad Autónoma del Caribe, se realizó durante la mañana de ayer la socialización del proyecto de la mano de la decana de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño, Emilia Velásquez.
En el marco del evento los investigadores explicaron las diferentes etapas del proyecto que se desarrolló durante 11 meses.
La primera consistió en el diseño del prototipo de máquina desfibradora de excedentes textiles, la segunda estuvo relacionada con la puesta en marcha de la máquina, la tercera tuvo como resultado la creación de las madejas de hilo reciclable, la cuarta etapa se enfocó en la comercialización del hilo reciclado y la quinta tuvo como objetivo la compra y venta de los productos artesanales creados a partir de estas fibras.
'Este ha sido un proyecto muy bonito, con gran sentido social. Además de que buscamos preservar las tradiciones del Atlántico, hemos generado empleos. Los operarios de las máquinas son personas con discapacidad auditiva que ahora hacen parte de este proyecto', agregó Barrios.
Patrocinio
Empresas Bico, Cientech, Telary Home y Contex, relacionadas con la industria, hicieron parte de la Alianza Textil Estratégica junto a la Universidad Autónoma del Caribe. El proyecto fue uno de los 13 ganadores de una convocatoria de trabajo colaborativo y emprendimiento realizada por la Gobernación del Atlántico, CaribeTic, Renata y AtlántiCocrea.
Al resultar seleccionado, recibió un incentivo económico para la cofinanciación por un valor de 548 millones de pesos. Otras entidades le sumaron más de 200 millones a este valor.
'La implementación de este proyecto tiene un enfoque desde el desarrollo humano, social y ambiental. Buscamos reducir la contaminación que genera la industria con actividades para generar conocimiento', concluyó Erlinda Geraldino, miembro de la Alianza en representación de la empresa Contex.