De la mano de Sebastián Borensztein, Ricardo Darín, su hijo el Chino y Luis Brandoni causaron sensación ayer en el Festival de cine de San Sebastián con La Odisea de los giles, una divertida aventura en los tiempos del corralito argentino.
Darín padre e hijo y Brandoni son tres de los nueve 'ingenuos' que protagonizan esta nueva entrega de Borensztein: gente modesta de una zona rural, a quienes en la crisis de 2001 les roban todo el dinero que habían juntado, en dólares, para levantar una cooperativa de grano.
Los giles se lanzan en búsqueda del poderoso estafador que se ha hecho con sus ahorros, siempre con una línea roja: no emplear la violencia.
Una aventura entrañable donde se alternan el dolor y la risa, y cuyo guión es una adaptación de la novela de Eduardo Sacheri La noche de la Usina, Premio Alfaguara en 2016.
'Nosotros tenemos una gran gimnasia de atravesar crisis, y sobrevivirlas, y volver a renacer, quién sabe si no será ésa nuestra característica principal, renacer todo el tiempo', reflexionó Ricardo Darín ante la prensa.
Además de actores, los Darín fueron productores, una colaboración fructuosa pero también exigente.
Fue 'una odisea el rodaje en sí, porque fue muy complejo, pero muy agradable también', comentó el Chino, con quien su padre se deshizo en elogios.
Verlos trabajar juntos a los Darín 'fue un revival de lo mejor que a mí me pasó en mi carrera', abundó Borensztein (56 años), que de joven trabajó con su padre, el comediante Tato Bores.
Con esta cinta, Ricardo Darín retoma su exitosa colaboración con Borensztein, con quien trabajó en Un cuento chino, ganadora del Goya a la mejor película iberoamericana en 2011.
Fundamental también es el rol del actor y ex diputado Luis Brandoni, al que se está viendo también estos días en España en la última cinta de Juan José Campanella, El cuento de las comadrejas.
Según explicó Brandoni, la película entronca con la tradición argentina de lo grotesco, eso de 'reírse y al instante siguiente estar al borde del llanto'.
La Odisea de los giles, estrenada en agosto en Argentina, fue proyectada en Sección Oficial, aunque no compite por la Concha de Oro a la mejor película, que se entrega en la gala de cierre el sábado.