5 de la mañana. El cielo barranquillero continúa a oscuras en la última hora del amanecer. Algunos siguen durmiendo en sus cómodas camas hasta que los rayos del sol empiecen a filtrarse por las cortinas de los cuartos. Otros alistan sus termos con agua, agarran una manzana, amarran los cordones de sus zapatos y salen de sus casas para un nuevo día de entrenamiento.
De lunes a viernes, incluso hasta los fines de semana, antes de emprender sus vidas laborales, muchos le dedican un espacio a su cuerpo y a su salud mental para descargar el estrés y las malas energías que llevan consigo. Delante de ellos existen otros seres, los que toman la batuta de líder para lograr este objetivo saludable. Cada mañana, con los pájaros emitiendo cánticos mañaneros, los entrenadores se despiertan, preparan sus rutinas, sus equipos e inician su camino a los diferentes parques donde los esperan sus espontáneos alumnos.
Luis Paz, Yezid Guzmán y Carlos Rosales son una representación de los diferentes entrenadores esparcidos por los parques que tiene Barranquilla.