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Dicen que detrás de todo gran tatuador hay, al menos, un tatuaje 'muy feo'. Y casi siempre es el primero, que se obsequia a algún amigo valiente y se graba con alguna máquina casera en medio de nervios. Cuestión de ensayo-error. Pero todo puede mejorar (así como corregirse el tatuaje mal hecho): los temores se pierden y el trazo se perfecciona. El tatuador novato encuentra su estilo, comienza a ser recomendado, asiste a convenciones nacionales e internacionales y solo recordará ese primer tatuaje para medir cuánto ha evolucionado.

Pero, ¿quién quiere un tatuaje mal hecho o no acorde a sus expectativas? Grabarse para siempre un dibujo en la piel no es algo para tomarse tan a la ligera. Y después de estar listos para dejar pasar la aguja por el cuerpo, escoger al artista que utilizará nuestra piel como lienzo, así como escoger el diseño de ese tatuaje (sea el primero, el décimo o el número cien), resulta fundamental si no queremos identificarnos con la historia anterior, la del 'amigo valiente' y su tatuaje defectuoso.

Por eso, El HERALDO se tomó la tarea de contactar y visitar algunos de los tatuadores más reconocidos de la ciudad para conocer sus estilos, trabajos, propuestas, conceptos y, ¿por qué no?, dilemas. No se trata de hacer una lista de los mejores, pues existen tantos estilos (realistas, old school, new school, neotradicional, puntillismo, etc) que medir su trayectoria o talento no resultaría ni justo ni posible. En cambio, aquí hay una guía práctica para conocer algunos de los rostros detrás de la tinta sobre la piel en Barranquilla.