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Pirata es un perro dócil, juguetón y cariñoso—eso dijeron a la prensa quienes lo conocían—. Los niños lo acariciaban, los ancianos lo saludaban. No le ladraba a las personas que viajaban en motos o bicicletas, no era agresivo con los otros perros.

A finales de mayo este 'inofensivo' pitbull de dos años estuvo en las portadas de los tabloides en México, donde vive. Su fotografía generaba desde curiosidad hasta temor. Pirata, con su enorme lengua afuera y la misma actitud amigable que describían sus amos, tenía su pelaje blanco y negro manchado de sangre. Había matado a un hombre.

En Argentina, a comienzos de este mes, esta raza canina volvió a ser noticia. Roco y Yana, dos pitbull atacaron a un hombre,y por la gravedad de las heridas tuvieron que amputarle una pierna. En ambos casos se trató de ladrones que irrumpieron en las viviendas sin percatarse de la presencia de los perros.

Pero hay casos como uno ocurrido hace un par de años en Barranquilla en el que una niña de tres años fue mordida por un labrador y otro en el barrio Simón Bolívar, en el que un perro pitbull le causó la muerte a una bebé de meses con la que convivía. En ese sentido, no todas las situaciones son iguales.

La barranquillera Andrea Vergara un día se acercó a su perro, un criollo de un año, y este reaccionó alterado mordiéndole la pierna y haciéndole una profunda herida. 'Estaba muy agresivo. Pero además lo veíamos retraído y triste. Tiempo después lo llevamos al veterinario y tenía una fuerte infección en el oído, ahí comprendimos que le estaba doliendo', dijo.

Causas. Para el médico veterinario zootecnista Belisario Roncallo, la agresión por parte de los perros es un problema complejo y cada caso debe analizarse de forma individual.

'Puede deberse a factores ambientales en gran medida, genéticos en menor medida, fisiológicos, de formación del individuo, motivacionales e inclusive patológicos', manifestó.

Según la etóloga Angélica González, los perros siempre muerden por una razón, pero no lo hacen con 'la intención de ser malos o buscar venganza, pues la forma en la que procesan las emociones no incluye ese tipo de sentimientos'.

'El morder y manifestar otros comportamientos agresivos son respuestas generalmente instintivas o condicionadas, aprendidas por vivencias en su medio natural y con sus pares o manada humana'.

González explicó que las agresiones caninas pueden darse por causas orgánicas —dolores, enfermedades, disfunciones y lesiones cerebrales— y sin causas orgánicas, —dominancia, miedo, protección de recursos, protección al propietario, territorial, redirigida, predatoria, maternal e idiopática—. Las más frecuentes, afirmó, se dan por malas pautas de educacion en la crianza del humano hacia el perro.

'El principal error es no procurarles un proceso de socialización adecuado con el entorno, o procesos de convivencia no asertivos con los individuos. Esto hace parte de un tema de educación temprana que se da preferiblemente entre las 3 y 12 semanas, en este tiempo debemos enseñarles a sentirse tranquilos con los estímulos que los rodean, como sonidos, texturas, formas, olores, colores, para que se habitúen y no se sientan nerviosos o alterados con su presencia'.

Razas peligrosas

Veterinarios y expertos en conducta animal coinciden en que la peligrosidad de un perro no se determina por su raza, sino por su conducta agresiva, la cual puede contrarrestarse con una adecuada educación y socialización.

Para González existe un estigma frente a los perros de razas fuertes. 'La realidad es que a muchos perros de razas pequeñas y medianas nos han mordido, lo que pasa es que al no causar un daño potencial no le damos importancia', sostuvo.

Por su parte, Roncallo afirmó que aunque hay muchas agresiones de estos perros a otros perros y a humanos, la incidencia es mucho menor que la de los perros de compañía.