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La ciudad polaca de Gdansk fue galardonada este jueves en España con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia, como símbolo de las libertades por su resistencia al nazismo y luego encender la chispa que terminó democratizando a Europa Oriental.

Puerto estratégico en la costa Báltica, Gdansk es 'un símbolo histórico y actual de la lucha arriesgada por las libertades cívicas en un punto crucial donde el espíritu de Europa consigue renacer una y otra vez frente a la intolerancia o la opresión', escribió el jurado en el fallo.

'La historia y el presente de la ciudad de Gdansk son un ejemplo de sensibilidad ante el sufrimiento, de solidaridad, de defensa de las libertades y los derechos humanos y de extraordinaria generosidad', abundó el fallo, dado a conocer en Oviedo (norte de España).

El de la Concordia cierra el ciclo de entrega de los premios internacionales Princesa de Asturias, considerados como los Nobel del mundo iberoamericano.

El reconocimiento 'demuestra que Gdansk es una ciudad muy excepcional: abierta, tolerante y libre', reaccionó en un comunicado su alcaldesa Aleksandra Dulkiewicz.

Pawel Adamowicz, antecesor de Dulkiewicz y quien fuera asesinado en enero pasado cuando tenía más de diez años en el cargo, 'estaría muy feliz y orgulloso de llamar a Gdansk la ciudad de la concordia', agregó la alcaldesa.

Para el jurado, Adamowicz es responsable principal del carácter abierto de Gdansk hacia los inmigrantes y minorías, un hecho que contó a la hora de otorgar el premio.

También fue un factor determinante la rica historia de la localidad, desde que se convirtiera, cuando aún se llamaba Dánzig, en 'Ciudad Libre' tras la Primera Guerra Mundial, recordó una nota de prensa de la fundación.

En septiembre de 1939, tras la invasión de Polonia por los nazis, 'una escasa guarnición de soldados polacos logró resistir heroicamente en inferioridad de condiciones durante una semana', haciendo de Gdansk un 'símbolo de la resistencia' contra las tropas de Adolf Hitler.

Décadas más tarde, renacida de las cenizas -la ciudad había sido destruida en un 90%-, en ella, pero sobre todo en sus astilleros, se originó el sindicato Solidaridad, germen de la lucha para democratizar Europa Oriental tras casi medio siglo de dominio soviético.

Solidaridad fue protagonista del derrocamiento del régimen en 1989 y su líder, el Premio Nobel de la Paz Lech Walesa, se convirtió un año más tarde en el primer presidente polaco elegido democráticamente en medio siglo, señaló la nota de prensa.

Dinamismo, apertura y tolerancia

Desde el restablecimiento de la democracia, Gdansk ha mostrado un 'dinamismo económico, apertura, cohesión ciudadana y carácter tolerante' con los inmigrantes y las minorías, cuya integración se promueve a través de programas sociales.

En la ciudad habitan unos 20.000 extranjeros, muchos de ellos refugiados de ex países soviéticos o de zonas en conflicto, como Siria, que acceden a la educación, empleo o salud y tienen representación en un consejo consultivo para notificar a las autoridades de sus necesidades.

El año pasado, el galardón de la Concordia recayó en la llamada 'dama de las profundidades', la oceanógrafa estadounidense Sylvia Earle, por su vida dedicada a la conservación de los mares.

La distinción honró en el pasado a organizaciones como la Unión Europa, Unicef, Cáritas, Médicos sin Fronteras o Manos Unidas y a personajes como Ingrid Betancourt, Daniel Barenboim o Stephen Hawking.

En esta ocasión, competían en la categoría 34 candidaturas de 21 países.

Cada premio Princesa de Asturias está dotado con 50.000 euros (unos 56.500 dólares) y una escultura del fallecido artista Joan Miró.

Este año, se adjudicaron galardones al dramaturgo británico Peter Brook en Artes, al madrileño Museo del Prado en Humanidades, al matemático estadounidense Salman Amin Khan en Cooperación Internacional y a la esquiadora estadounidense Lindsey Vonn en Deportes.

También a la escritora estadounidense Siri Hustvedt en Letras, al sociólogo cubanoestadounidense Alejandro Portes en Ciencias Sociales y a las biólogas argentina Sandra Myrna Díaz y estadounidense Joanne Chory en Investigación Científica.

Los premios serán entregados en octubre por los reyes de España en una ceremonia solemne en Oviedo, sede de la Fundación Princesa de Asturias, llamada así por la heredera del trono, la princesa Leonor.