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El ritmo sexy, callejero y descarado del reguetón conquistó este sábado Coachella de la mano de J Balvin, que dio un concierto multitudinario y apabullante para demostrar por qué este género latino que ha conquistado el mundo también puede enamorar al festival más 'cool' y hípster del planeta.

'Nos demoramos quince años para que llegara el reguetón a Coachella', dijo el colombiano en medio de un concierto sin descanso, en el escenario principal de este festival en el desierto de California, y que contó como invitados con la española Rosalía y el jamaicano Sean Paul.

'Es una gran oportunidad estar hoy representando a los latinos con reguetón', afirmó durante un recital que rindió tributo a la comunidad hispana y que también homenajeó a los orígenes de este género musical que, ahora mismo, parece imparable.

Es muy posible que el reguetón no necesite ninguna validación más después de haber llevado el perreo a las discotecas de un sinfín de países, de haber destrozado récords en YouTube, y de haber convencido a estrellas como Beyoncé ('Mi gente') o Justin Bieber ('Despacito') de que se unan a la fiebre por lo latino.