Más de 200 sacerdotes se dieron cita ayer en la Catedral Metropolitana María Reina para participar de la Misa Crismal, eucaristía que da inicio oficial al tiempo de Pascua o Semana Santa.
La solemne ceremonia presidida por el arzobispo de Barranquilla, monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, contó con la participación del obispo auxiliar emérito de Barranquilla, Víctor Tamayo, entre otros, y de los seminaristas que se encuentran en preparación para recibir sus votos sacerdotales.
La Misa Crismal tiene un importante significado para la Iglesia Católica y sus clérigos porque en ella se bendice el óleo de los enfermos, el óleo de los catecúmenos y se consagra el santo crisma, aceites que serán utilizados a lo largo del año para bautismos, unciones de enfermos, confirmaciones, y consagraciones de altares e iglesias entre otros sacramentos.
Además, los sacerdotes que participan de la ceremonia se ratifican en su misión religiosa y las promesas que realizaron al recibir sus votos.
Durante la ceremonia religiosa monseñor Pablo Salas Anteliz instó a los sacerdotes, presbíteros y diáconos presentes a vivir la misión del evangelio y mantenerse fieles a sus creencias y bases en Cristo.
'La misión es de todos, eso significa que ninguno se puede sustraer al mandato del Señor (...) Vayan y hagan discípulos, ese es el mandato del Señor', dijo monseñor Salas.