Sus artesanos lo prepararon todo para su vida eterna. Y la tuvo. Más de 3.300 años después, la figura de Tutankamón sigue fascinando al mundo, con sus tesoros hallados hace casi un siglo y expuestos a partir de mañana en París, en una muestra que ya es un éxito antes de su apertura.
Se han vendido más de 140.000 entradas antes de la inauguración de ‘Tutankamón, el tesoro del faraón’ en la capital francesa, segunda parada de esta exposición itinerante que arrancó en Los Ángeles y viajará seguidamente a Londres.
Unas 710.000 personas visitaron la muestra en Estados Unidos y el objetivo de París es superar la llamada 'exposición del siglo' sobre Tutankamón celebrada en esta ciudad en 1967, con 1,2 millones de visitantes.
Un total de 150 objetos, un tercio de ellos mostrados por primera vez fuera de Egipto, se expondrán en medio de una escenografía inmersiva que busca sumir al espectador en el misterioso halo que rodea la figura de uno de los últimos soberanos de la dinastía XVIII del Antiguo Egipto, coronado a los 9 años y borrado de la historia por sus sucesores.
En la Grande Halle de la Villette, en el norte de París, muchas de las obras permanecían todavía el martes celosamente guardadas en las cajas herméticas en las que habían llegado en avión desde Los Ángeles, mientras en el exterior ya estaban preparadas las vallas para encauzar las largas colas que se esperan.
Todos los objetos proceden de la tumba de Tutankamón, descubierta en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter en el Valle de los Reyes, uno de los hallazgos más mediatizados de la historia, que dio origen a la Tutanmanía, con películas, libros y todo tipo de artículos a la venta.
'Esta es la única tumba (de un faraón) hallada intacta. Para nosotros, no fue una ventana, sino una puerta abierta para entender la cultura del Antiguo Egipto. Por primera vez, pudimos tocar algo' de esa época, explica el comisario de la muestra, el egipcio Tarek El Awady.
Desde su ropa interior y sus guantes de lino para ir a cazar, hasta los escudos de oro macizo y las estatuas de dioses destinadas a protegerlo en su viaje póstumo, las piezas cautivan por la nobleza de sus materiales, muchas de oro, pero también por su belleza.
Los objetos eran fabricados por los 'talleres reales', que trabajaban sin cese desde el momento en que un faraón asumía el trono: 'No estaban destinadas a permanecer enterradas, sino a servir durante la vida póstuma, tenían que ser perfectas', según el comisario.
Entre las piezas más destacadas, figura uno de los dos 'guardianes' hallados por Carter a la entrada de la cámara funeraria, las únicas estatuas de tamaño humano.
La exposición permanecerá en París hasta el 15 de septiembre y en noviembre viajará a la galería Saatchi de Londres. Al término de esta gira, los objetos integrarán la colección del Gran Museo Egipcio de El Cairo, que abrirá sus puertas en 2020.