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El periodista y escritor francés Philippe Lançon recibió el prestigioso premio de literatura Femina por Le lambeau, un conmovedor relato sobre cómo vivió el atentado contra el semanario Charlie Hebdo y su proceso de reconstrucción facial tras resultar herido.

Por su parte la novelista estadounidense Alice McDermott se alzó con el Femina extranjero por La novena hora, una categoría a la que estaba nominado también el español Javier Cercas por El monarca de las sombras. La ceremonia fue ayer en París.

Aunque no es candidato al Goncourt —la recompensa literaria más reputada de Francia—, Le lambeau (El jirón) está nominado a otros premios relevantes como el Renaudot, y para muchos críticos, se trata del mejor libro del año.

El 7 de enero de 2015, Lançon sobrevivió a la masacre perpetrada por unos yihadistas que irrumpieron en la sede del semanario satírico Charlie Hebdo en París al grito de 'Alá Akbar'. Murieron 12 personas mientras a él una bala le arrancó la mitad inferior del rostro.

'A partir del 7 de enero, todos los mundos en los que había vivido, todas las personas que había querido, empezaron a vivir en mí, sin preeminencia, con una intensidad loca, proporcional a la sensación dominante: iba a perderlos, ya los había perdido', escribe el periodista.

El relato empieza la víspera del atentado. Cronista cultural del diario de izquierda Libération, Lançon se halla en el teatro para ver La noche de reyes de Shakespeare, obra en la que Malvolio, personaje puritano, 'quiere castigar a los hombres por sus placeres y sentimientos en nombre de un bien que cree encarnar, en nombre de Dios, y se siente autorizado a hacer todo el daño posible para lograrlo', según Lançon.

El 7 de enero, esta reflexión shakespeariana se convirtió en pesadilla. Lançon cuenta el atentado a lo largo de unas 60 páginas a veces insoportables. 'Giré mi lengua en mi boca y sentí trozos de dientes que flotaban un poco por todas partes', escribe. 

'Más tarde, supe que la sala de redacción era un charco de sangre pero (...) aunque me bañaba en ella, apenas la veía'.

El escritor relata después su lento y doloroso trabajo de reconstrucción de su rostro.

La lectura puede resultar a veces dificultosa por el dolor que se desprende de sus páginas. Pero la sutil pluma de Lançon permite continuar, mientras va detallando el cuidado que recibe del personal médico, la protección de los policías o la compañía infalible de su hermano.

El libro finaliza el 13 de noviembre, día de los atentados yihadistas contra la sala de conciertos Bataclan y otros lugares públicos en París. Lançon se hallaba en Nueva York.

'De nuevo, fue como al despertar después del atentado, una toma de conciencia, sentía que todo volvía a empezar o más precisamente, que continuaba, en mí y a mi alrededor...'.