Después de ocho días de predominio del negro en la pasarela, Chanel y Louis Vuitton cerraron este martes la Semana de la Moda en París con unas colecciones cada cual más jovial y colorida.
Karl Lagerfeld reafirmó su condición de Kaiser de la moda y reinventó una vez más la línea de Chanel rejuveneciéndola, en una espectacular puesta en escena playera.
Al suave sonido de las olas que el diseñador alemán recreó bajo el impresionante techo de vidrio del Grand Palais de París, se sumó al término del pase el estruendo de una larga salva de aplausos. Esta vez, Lagerfeld entusiasmó.
La holandesa Luna Bijl abrió el baile. Descalzas, portando un par de sandalias en la mano, las modelos caminaron sobre la arena, junto a una agua transparente y en movimiento sobre la que se instaló un pontón.
Pero hasta el público, entre quienes se encontraba el rapero Pharrell Williams y celebridades como Vanessa Paradis y Pamela Anderson, se encontró con los pies sobre la playa y rodeado de un cielo azul artificial, mientras afuera el clima era otoñal.
Las primeras piezas están ancladas en el emblemático traje de chaqueta y falda en tweed de Chanel. Pero en seguida afloran los primeros cambios: la chaqueta se ensancha en los hombros y en el talle y no solo se combina con una falda del mismo estampado, sino también con pantalones tipo malla.
A continuación, las prendas más playeras irrumpen con un motivo rey, una sombrilla, que se impone en pareos, bañadores y vestidos ligeros y cómodos. Para un look más chic, un jersey de manga larga y cuello de pico se combina con unas mallas ciclistas o con una minifalda.
Doble o nada
Poco a poco, la colección sale de la playa, con conjuntos más sobrios y monocolores, hasta los elegantes vestidos negros de tul.
Entre los complementos, destaca una gorra de paja con doble visera: una delante donde se lee 'CHA' y la otra detrás donde se lee 'NEL'.
Lagerfeld, octogenario, reinventa así por enésima vez la línea de Chanel, desde que en 1983 asumió su dirección artística.
Al salir a saludar sobre el pontón, el diseñador se mostró sin sus sempiternas gafas de sol, llevando unos simples anteojos graduados. Hace unos meses, Lagerfeld sorprendió con una inédita barba blanca, que sigue luciendo además de su tradicional coleta.
Criticada en su último desfile por los ecologistas por haber talado viejos robles para el decorado, Chanel declaró que se compromete a 'reciclar, reutilizar (...) los elementos decorativos utilizados en sus pases'.
Vuitton, explosión de colores. Vuitton cerró por su parte la Semana de la Moda con un desfile en el Museo del Louvre, que no quiso perderse la actriz australiana Cate Blanchett.
Como el de Chanel, su pase se desmarcó de la tónica negra observada en la gran mayoría de colecciones de prêt-à-porter presentadas durante la Semana.
Motivos geométricos, abstractos, de colores alegres, se cuelan en las prendas diseñadas por el francés Nicolas Ghesquière.
Curiosamente, Ghesquière presentó un desfile mixto, pese a que Vuitton cuenta con otro director artístico para su línea masculina, el popular diseñador estadounidense Virgil Abloh, al frente también de su propia marca Off-White.
Donde sí coincidieron Chanel y Vuitton con la tendencia de los últimos días fue en el diseño de minibolsos. En el caso del segundo, algunos de estos complementos recuerdan una pelota de béisbol o bien un platillo volante.