Compartir:

El expresidente y exguerrillero uruguayo José Mujica se convirtió sin querer en la estrella del festival de cine de Venecia suscitando aplausos por su sencillez y su deseo de ser una referencia ética para el mundo.

'Yo no soy una estrella, yo nací estrellado', aseguró Mujica ayer durante la presentación oficial del documental del director serbio Emir Kusturica, El Pepe, una vida suprema, dedicado a su visión del mundo, a sus convicciones políticas y éticas.

'Estoy aquí exclusivamente por un amigo, un amigo que se llama Kusturica. Mi mundo es otro, no sé si mejor o peor, pero otro', reconoce.

Mujica, de 83 años, que dejó hace poco su banca en el Senado para dedicarse a 'la batalla de las ideas', aceptó participar en el festival veneciano, donde fueron proyectadas dos películas que se inspiran en su vida.

'Pepe, Pepe, Pepe', gritaba un pequeño grupo de estudiantes al ingreso de la proyección del documental, en el que Kusturica hace un retrato afectuoso del presidente pobre, que rompía protocolos, usaba sandalias y pantalón pescador y llevó a cabo reformas como la legalización de la marihuana.

Un ‘neoestoico’

'Eso de que soy el presidente más pobre, no. Yo no soy pobre, es una opción de vida. Soy algo así como un neoestoico', explica con tono gracioso.

La empatía con el cineasta y músico serbio, una suerte de representante del realismo mágico en el cine con cintas como Underground (1995) y Gato blanco y Gato negro (2001), va más allá del rito del mate con el que comienza el documental.

'La primera vez que vi a Mujica estaba conduciendo un tractor. Me indicaron: ese es el presidente. Me dije a mí mismo: ese es mi hombre', contó el cineasta quien pasó tres años conversando con el expresidente.

No se trata de la primera vez que el versátil cineasta y músico serbio retrata en un documental a un personaje de América Latina. En 2008 filmó al astro del fútbol Diego Maradona, con el que también estableció una fuerte empatía.

'Con Mujica aprendí una lección, que un presidente puede ser una inspiración', aseguró Kusturica, quien repite una de las tantas enseñanzas del exguerrillero que pasó más de 12 años aislado en los calabozos de la dictadura militar.

'Un presidente debe ser un ejemplo para el pueblo y si es votado por una mayoría no puede vivir como una minoría', reitera el cineasta.

A través de una personalidad como Mujica, quien vivió los cinco años de su mandato en su humilde hogar de siempre como muestran las imágenes del documental, el cineasta sigue su evidente politización.

'Tuve tiempo para leer sus libros, informarme sobre su actividad política, sus ideas sobre el mundo. Encontré algo que me interesa mucho, sobre todo en este momento en que hay tantas falsas izquierdas y falsas derechas', contó el cineasta.

'Yo quisiera contribuir al movimiento por la igualdad de las mujeres en el cine. Es que el mundo ha cambiado desde que la mujer puede controlar los nacimientos', aseguró al ser interrogado sobre el tema que genera controversia en el mundo del cine. Una idea que podría dar nacimiento a otro documental.

Sinopsis del filme

El documental de Emir Kusturica, que dura 74 minutos, examina qué hace a José ‘Pepe’ Mujica diferente: un hombre humilde que se convirtió en presidente de Uruguay manteniéndose firme con sus ideales y a su vez aceptando el cambio. Es la historia de un activista político y exmilitante de la guerrilla de la izquierda latinoamericana. Orgulloso de su pasado, pero lejano a dormirse en los laureles, es un hombre que se atreve a soñar con un mundo mejor.