La escritora cubana Delia Fiallo, de 94 años, es apodada ‘La Madre de la telenovela’. Marcó la cultura popular hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX con guiones como Cristal y Kassandra. Ahora lamenta que la telenovela 'ya no exista' porque los guionistas olvidaron las emociones.
'¡A estas alturas yo creo que soy la abuela de la telenovela!', dice Delia Fiallo, riendo a carcajadas en su arbolada residencia en Miami.
La autora habló de su oficio, de la evolución de la telenovela y de la crisis venezolana en una casona colonial atiborrada de recuerdos, máquinas de escribir, premios y afiches promocionales de sus telenovelas hasta en japonés.
Pionera del género, Fiallo comenzó a escribir radionovelas en 1950 hasta que realizó en 1957 un guión para su primera telenovela por episodios.
Luego de exiliarse con su familia en Miami en 1966, comenzó a escribir para canales venezolanos. Un año después nació Lucecita y luego éxitos mundiales como Esmeralda —en la que luego se basó Topacio—, Leonela, Cristal y Kassandra.
P ¿Está muriendo la telenovela como género?
R Está pasando algo que no entiendo realmente. La telenovela triunfó con toda la fuerza que tienen los géneros populares. Saltó barreras de idiomas, de costumbres, de culturas. Mis novelas se vendían en 200 y ‘pico’ de países, se traducían en tantos idiomas. ¿Y cuáles eran los instrumentos de trabajo del escritor de telenovelas? Las emociones, los sentimientos. Es el común denominador del género humano, desde el hombre de las cavernas hasta el último hombre sobre la tierra. Entonces era un género que no podía fallar. Pero eso se perdió. Ahora la telenovela no existe. Al menos la telenovela tradicional.
P ¿Qué mató a la telenovela?
R Yo no sé si han dañado el género las malas versiones de novelas clásicas. Los refritos. Por ejemplo, la primera preocupación mía cuando terminaba un proyecto era 'y ahora qué hago'. ¡Porque todo está hecho! Entonces trataba de buscar algo novedoso, o un aspecto diferente de algo que ya hubiera sido muy tratado. Por ejemplo Kassandra era la novela del circo. Nadie había escrito la novela del circo. Y nadie había escrito la novela del mar, María del Mar. Y así iba buscando una temática alrededor de un ambiente o de una situación.
La narconovela también le ha hecho mucho daño. Si la novela de circo, Kassandra, triunfa, los productores dicen: 'Ay, a la audiencia le gustan las novelas de circo'. ¡Pero no podemos escribir 16 novelas de circo! ¡No podemos escribir 16 novelas con protagonistas ciegas! Y yo creo que vamos por más de 16 novelas de narcos, una detrás de la otra, cuando ya está saturada esa temática.
Además, con esa cosa de ver en una noche 10 capítulos, 5, 20, se perdió también ese encanto que tenía el suspenso.