Si alguien aún tiene dudas sobre dónde encontrar la mejor y más exquisita arepa de huevo de la Región Caribe, Colombia y –¿por qué no?– del mundo, debería entonces intentar simular el sabor de esa fritura tostada en las puntas, pero inflada en el centro, que cocina Lucas Castillo en su fogón al carbón.
La pieza inigualable guarda huevo y frutos del mar en sus adentros: palmito, caracol y calamar. O bien podrían experimentar en sus cocinas para dar con las arepas multiformas que esculpen las artesanas de la cocina en Luruaco. Por algo son ellas quienes lucen, sonrientes, los delantales que las acreditan como participantes del único Festival de la Arepa de Huevo, así como portadoras de una tradición que no quieren que acabe jamás.
Desde 1988, hace 29 años, este municipio del Atlántico celebra un evento de preservación de la gastronomía que se extiende durante tres días en las hirvientes y doradas calles de Luruaco, un encuentro declarado patrimonio gastronómico y cultural de la Nación y que cuenta con su propio Plan Especial de Salvaguardia.
Este año compiten unas 65 mujeres, entre los 25 y 85 años, en la preparación de la mejor arepa tradicional, de innovación y multiforma.