Compartir:

No es una religión. Es una práctica 'física, mental y espiritual' cuyo origen está en la India. Sus posturas suelen parecer extrañas para aquellos que están alejados, pero es el punto de partida para armonizar el cuerpo con la mente, según lo definen los maestros. El yoga es justamente el encuentro de esa armonía.

'El ser humano anhela tener un balance en todos los aspectos de la vida, eso se consigue si estamos en armonía con nosotros mismos y con nuestro entorno porque somos interdependientes. Necesitamos armonía de nuestro cuerpo con nuestra mente, con la naturaleza, con nuestro entorno familiar y laboral. Cualquier significado que tenga la palabra armonía para ti, eso es yoga', asegura Luis Toro, director de Yoga Caribe en Barranquilla.

En reconocimiento de su popularidad universal el 11 de diciembre de 2014 las Naciones Unidas proclamaron el 21 de junio como el Día Internacional del Yoga, una palabra que proviene del sánscrito y significa unidad, porque simboliza la unión del cuerpo y la mente y una celebración que sirve 'para concienciar a la población sobre los beneficios de su práctica'.

Los beneficios del yoga son muchos porque es una práctica integral, indica Claudine Ways, profesora y dueña de Hot Yoga, un estudio en Barranquilla.

'Se dan a nivel físico, como flexibilidad o reducción de estrés y también se trabaja los órganos internos, el metabolismo. A nivel emocional ayuda a liberar emociones reprimidas. Estamos integrando mente y cuerpo para tener una vida más sana', dice.

Una clase para principiantes empieza con la relajación, alejarse de aquellos problemas del día a día, estirar y empezar a controlar la respiración a través de posturas. En cada una inhalar y exhalar juega el papel más importante. Cada postura es clave para ir avanzando y conseguir el objetivo final: equilibrio y armonía.

No se trata de algo únicamente para adultos, los más pequeños también pueden practicarlo. María Laura Pizza, profesora certificada por la escuela internacional Sivananda, es una de las encargadas de enseñarles a los niños de esta disciplina en el estudio Yoga Corazón.

'La experiencia y los manuales dicen que a partir de los tres años se puede practicar. Hay diferencias de cómo enseñarles a los niños y a los adultos, en los primeros es a partir del juego, se va inculcando la parte de los valores y lo reciben muy bien', explica.

Estos alumnos disfrutan a través de dinámicas y estrategias del aprendizaje, así como lo hacen los adultos mayores, que también son bien recibidos en las clases.

Lo único que hay que tener es disposición para practicarlo, según los consultados. 'Todos los profesores te pueden dar alternativas si tienes un problema físico o alguna lesión o limitación. Siempre hay opciones y lo importante es la disposición de ponerse sobre el tapete, no hay que pensarlo mucho', apunta Ways.

'Si tiene alguna dificultad física o mental debe primero consultar al médico y seguir sus indicaciones, luego se debe comentar al profesor y guiará con la práctica adecuada. Si el estado de salud es bueno se empieza por el curso de principiantes', sostiene Toro.