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Pequeñas, con franjas amarillas y un peculiar zumbido que avisa su llegada, las abejas son insectos voladores a los que se les atribuye la producción de la deliciosa miel consumida alrededor del mundo, pero también se les huye para evitar un ataque o picadura.

A diferencia de lo que muchas personas piensan, estos animales no atacan sin ningún motivo. 'Las abejas tienen una actitud defensiva, no agresiva. Cuando el ser humano invade su territorio ellas tratan de defender su espacio', dijo Rafael de Cola Vásquez, apicultor desde hace 40 años y propietario de Colmenares La Flor. 

Los ruidos estruendosos y olores fuertes son algunos factores que provocan la 'rebeldía' de estos insectos. 

'Hay personas que en sus casas tienen enjambres de abejas en el techo desde hace años y solo se percatan de ellos cuando reparan algo o ponen el equipo de sonido muy alto. Para prevenir cualquier accidente se debe buscar en las casas y vecindarios si hay abejas, antes de hacer mucho ruido', agregó el apicultor.

Cuando se esté en áreas rurales o en la ciudad y se detecte algún panal de abeja lo primero que deben hacer las personas, según el alergólogo Alfonso Cepeda, es caminar lentamente porque 'los movimientos bruscos las alertan'.

Otra de las recomendaciones es evitar ir al campo perfumado o vestido con colores muy vivos porque 'estos atraen al insecto'.

'El ruido fuerte también lo consideran como agresión', resaltó el médico. 

De Cola recomendó que si las personas viven en campo abierto, lo mejor, ante un ataque, es ponerse detrás de una arboleda o de una construcción de tal manera que las abejas pierdan la visibilidad del objetivo.

'Si hay alguna piscina, sumergirse', agregó.

Por otra parte, si una persona es alcanzada por una abeja, en su cuerpo se pueden generar dos tipos de reacciones: inmunológicas (alérgicas) y no inmunológicas.

'Estas últimas son las comunes, donde las ronchas pueden producir dolor. Las inmunológicas pueden ser locales (ronchas más grandes de lo habitual) o generalizadas (distantes a la picadura de la abeja, es decir, se producen reacciones en otras partes del cuerpo)', explicó Cepeda, quien también es miembro del Comité Científico de Aerobiología, Medio Ambiente y Biodiversidad de la WAO World Allergy Organization.

Cepeda agregó que la reacción alérgica severa compromete órganos internos como las vías respiratorias y el sistema cardiovascular.

¿Qué hacer?

Si una persona no alérgica es atacada por múltiples abejas lo primero que debe hacer es dirigirse a un puesto de salud o al médico más cercano para evaluar el nivel de la reacción. 

'Cuando es picada por una o dos abejas, se hacen tratamientos con calor o frío en las zonas afectadas o se debe tomar un antihistamínico. Generalmente no hay peligro vital de muerte', dijo Cepeda.

Por el contrario las picaduras de 300 a 400 abejas en una persona no alérgica suelen ser letales, 'no por la alergia, sino por la cantidad de veneno que inyectan', agregó.

Cuando la reacción de una persona alérgica por primera vez es externa (tiene ronchas e hinchazón) y no se compromete un órgano vital, también debe acudir al médico.  

'Un paciente con antecedentes de alergia debió ir en alguna ocasión donde un alergólogo que seguramente le recomendó tener siempre adrenalina o epinefrina, un medicamento con el que se mitiga el riesgo de una fatalidad. En una picadura luego de autoinyectarse la medicina, los afectados deben ir al médico', finalizó el alergólogo.

Por otra parte, el apicultor Rafael De Cola relató que en ocasiones cuando se ha visto expuesto a picaduras de abeja, utiliza la misma miel que producen esos insectos. 

'Aquí, cuando es picada una persona que no es alérgica le damos tres o cuatro cucharadas de miel disueltas en agua o licor. Eso contrarresta el efecto del veneno', dijo. 

De la Cola contó que en una ocasión le picaron 80 abejas y no le dio ni fiebre ni dolor de cabeza porque está 'inmunizado' contra las picaduras ya que en oportunidades 'hago que me piquen tres o cuatro veces en los hombros para mantener mi organismo acostumbrado. El veneno de abeja también sirve para calmar los dolores', aseguró.

Diversas investigaciones como la realizada por Peter Molan , Ph.D. , y profesor de bioquímica de la Universidad de Waikato , Nueva Zelanda, demostró que la miel cura heridas que incluso han sido resistentes a los antibióticos.

En su investigación, Molan narra que un paciente que duró 20 años con una herida contaminada con una cepa u hongo poderoso, se curó con solo esparcirle miel durante un mes. Resalta el científico que la miel también ayudó a curar el dolor.

Para el especialista Alfonso Cepeda 'la miel de abejas no contiene los elementos protéicos productores de alergia que hay que neutralizar en el paciente alérgico. Los pacientes con anafilaxia (reacción que compromete órganos internos) mejoran con la inmunoterapia específica'.

Así, aseguró que con la miel no se obtiene la protección inmunológica que se requiere para el paciente alérgico al veneno de abejas.

Alergia

Según el alergólogo Alfonso Cepeda las primeras señales de alergia se dan cuando la persona tiene una reacción a distancia, o sea, donde no ha sido la picadura, por ejemplo una roncha en una zona de su cuerpo donde no lo ha picado la abeja, o compromiso del sistema respiratorio (dificultad para respirar) o cardiovascular (hipotensión). 

'Si la reacción es en órganos internos se trata de una alergia importante por lo que se debe acudir inmediatamente a un centro hospitalario o a un médico', finalizó el especialista.