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El nombre de Juan Francisco Torres Correa lo perdió cuando su big band sabanera entró con fuerza en los salones de los clubes sociales y en los teatros para vestir de gala el porro. En cambio, con su inigualable ‘firma’, ganó un reconocimiento que inmortalizó desde entonces su talento musical: ¡Juancho Torresss… y su orquestaaa!

Su muerte a los 74 años, ocurrida este lunes en Bogotá a causa de una dura enfermedad, es la pérdida de un defensor por excelencia de la música del Caribe y, por supuesto, de la de Sucre, su departamento, que lo vio nacer un 5 de enero de 1944 en Sincelejo.

Dairo Meza Acosta, director de la Banda Departamental de Sucre, amigo, 'figura y pilar' del desarrollo de la orquesta de Torres, como él mismo lo reseñó en su álbum Homenaje a una leyenda y a mi bella Montería, expresó que se ha ido quien era quizás 'el último titán' de la música colombiana.

'Para toda Colombia y para Sucre, Juancho Torres fue ese hombre que siempre se esmeró por tener la música nuestra en los mejores lugares y condiciones', consideró Meza.

'Vistió el folclor de frac'

El músico sincelejano señaló que con Torres, el porro, el fandango, la cumbia y la música del Caribe en general se vistieron nuevamente de frac y consiguieron en él uno de sus mejores exponentes, que llevó el folclor sabanero a Colombia y al mundo, como lo hizo el maestro Lucho Bermúdez.

'Es una pérdida grandísima para el folclor colombiano. El último que quedaba de esa especie de músicos y personajes que luchaban por la música colombiana, sobre todo hoy, que nos vemos invadidos por tantos géneros foráneos. Juancho Torres luchó contra eso y se mantuvo vigente por más de 25 años', indicó el director de la Banda Departamental.

Meza recordó los más de 45 álbumes de Torres, mientras releía la carátula del número 39 y pensaba que con la partida de su colega y amigo está cerca el lanzamiento de la producción que dejó lista el desaparecido cultor.

Julio César Pereira, periodista e historiador sincelejano, coincidió con Meza en que Torres le puso traje elegante al porro, y añadió que merece ser reconocido como el músico que sacó del baúl porros y fandangos.

'Para Sincelejo es una gran pérdida y para nuestro folclor es irremediable. Un hombre con una calidad humana, con calidez. Recuerdo que, si venía a cumplir una cita de baile, sacaba ese rato y recorría las calles de Sincelejo', rememora el comunicador.

Pereira clamó por que el trabajo musical de los cultores de la música tropical adquiera un espacio sonoro propio para el disfrute de los sucreños y de los visitantes, por lo que en este proyecto que está andando en Sincelejo bajo su liderazgo, el de la Fototeca Municipal, la música de Torres tendrá un capítulo especial.

La partida de Torres se da a pocos días del décimo aniversario del fallecimiento del maestro Pello Torres, quien será homenajeado con una retreta en la que también será recordado el aporte de Juancho al reconocimiento de la cultura sabanera.

'Cada volumen musical de Torres es una recuperación de cada pieza. Entonces, composiciones de más de 100 años, que ya venían de bandas de la región, él las retoma y le mete todo ese majestuoso sabor en donde involucra a su big band, músicos selectos de nuestra región, como Dairo Meza y Justo Almario', explicó el periodista.

Con sus elegantes compilaciones, Torres homenajeó a José Barros, Lucho Bermúdez, Pello Torres, las gaitas y los cumbiones, por mencionar unos cuantos temas.

Su orgullo

Juancho Torres estaba casado con María Victoria Berrocal Puche, de Montería, con quien tuvo a Juliana, única hija. En el álbum en el que homenajeó a Pello Torres definió lo que significaban ella, su esposa y su mamá Berta Correa.

'Aparte de su compañía (Juliana) es la que me impulsa a seguir luchando por su bienestar. Sin ellas tres, mi vida no tendría el sentido tan espiritual que hoy tiene. Siempre que tengo la oportunidad de elevar una plegaria al Dios misericordioso, le pido a Él que permanezcan a mi lado con la salud y el amor que siempre nos hemos profesado', escribió Torres en su momento.

El estatus a la música ancestral. Juliana Torres, la unigénita, dialogó vía telefónica con EL HERALDO y recordó a su papá como el hombre que había rescatado la música del Caribe para darle el estatus que los ancestros quisieron.

'Lo que le deja mi papá a todos los colombianos, más que ser obras de arte, es un legado para que todas las generaciones valoren y respeten realmente lo que todos los músicos hacen, crean', acotó Juliana.

Dos de los temas que más le gustaba escuchar de los 25 integrantes de la orquesta, son Los sabores del porro y La Lorenza, renombrada esta última por Torres como Juliana Mocarí.