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La Plaza de la Paz le cumplió la cita a su majestad, la cumbia, reina de las expresiones folclóricas del Caribe en la Noche de Tambó.

Los niños del Instituto Monsalvo de Soledad abrieron la tarima del evento cantándole a la ciudad temas como ‘Te Olvidé’, ‘El africano’, ‘Prende la Vela’, entre otras, que en la voz de estos pequeños gigantes fueron un tributo a la cultura y las tradiciones de La Arenosa.

Son Barranquilla, del Barrio la Luz y Herencia de mi Tambor, agrupaciones que nacieron en las Casas Distritales de Cultura, conquistaron a los asistentes a ritmo de tambora y flauta de millo, con bailes cantados que retratan la naturaleza de muchas de las costumbres ancestrales del quehacer costeño.

La edición número XXIV de la Noche de Tambó, ratificó una vez más su consigna de rescatar las tradicionales ruedas de cumbia de antaño, así lo confirmaron los cientos de convocados al evento antesala al Carnaval de Barranquilla.

La cumbia de verdá verdá fue la protagonista de la noche. Con polleras, sombreros y la alegría de los asistentes se prendió la rueda de esta danza guiada por la Cumbiamba Currambera del Barrio Simón Bolívar, para darle paso a todos aquellos bailadores entusiastas que se unieron al sonar de la flauta del maestro Pedro Ramaya Beltrán.

Seguidamente, el grupo tambó homenajeo al ‘gigante del bombardino’, Rosendo Martínez por los 100 años de su natalicio, recordado por temas como Ramita de Matimbá, Vuelvelo a poné, entre muchos otros, para invitar a la tarima a ‘el mago’, Anibal ‘Sensación’ Velázquez, el hombre que le aportó su acordeón no solo a La Guaracha, sino también a la cumbia.

Canciones como ‘Un poquito de cariño’, ‘Alicia la flaca’ y ‘la Negra Celina’ sonaron en el recinto que homenajeo los 70 años de carrera artística de este gigante del folclor.