Titanic, uno de los filmes más taquilleros de todos los tiempos y que lanzó a la fama a Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, cumple 20 años y lo hace convertido en un emblema de las películas de desastres y del cine más romántico y apasionado.
Esta cinta de James Cameron solo se puede medir a partir de magnitudes descomunales, como demuestran sus 2.187 millones de dólares recaudados que la sitúan como la segunda película más taquillera de la historia solo por detrás de Avatar (2009), también de Cameron y que ostenta el récord absoluto con 2.788 millones.
Sus 200 millones de presupuesto también la colocaron, en su momento, como la película más cara de la historia, pero el esfuerzo gigantesco de este proyecto tuvo su recompensa no sólo con la pasión de los jóvenes de los años 90, que quedaron marcados por Titanic, sino también por los 11 Óscar que recibió, incluyendo los de mejor película y director.
Pero más allá de cifras y logros, Titanic quedó en la memoria del público por el inolvidable romance entre Jack y Rose, interpretados por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, respectivamente, y por la espectacular recreación del hundimiento del transatlántico, que tuvo lugar entre el 14 y el 15 de abril de 1912 tras chocar con un iceberg y que causó más de 1.500 muertos.
La película, con más de tres horas de duración, se dividía en dos mitades muy diferentes, de manera que la primera dedicaba todos sus esfuerzos a mostrar la historia de amor digna de cuento entre una aristócrata (Winslet) y un buscavidas (DiCaprio).
La historia de Jack y Rose dejó varias escenas para el recuerdo. Los dos momentos más conocidos de Titanic aprovecharon la proa del transatlántico, con Jack gritando que era 'el rey del mundo' y con la pareja unida, casi a punto de echar a volar, con la popular banda sonora de James Horner y Celine Dion como hilo conductor.
Titanic convirtió a DiCaprio y Winslet en dos de los intérpretes más requeridos y respetados de Hollywood: él gano el Óscar por The Revenant (2015) y se convirtió en el actor fetiche de Martin Scorsese, y ella brilló en filmes como Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004) antes de llevarse la estatuilla por The Reader (2008).
La segunda mitad de Titanic contó paso por paso cómo fue el dramático hundimiento del transatlántico, para lo cual Cameron, un investigador incansable del siniestro, no ahorró recursos al construir una réplica casi idéntica del barco.
La fascinación por esta producción continúa entre los seguidores y este año se estrenó un documental de National Geographic en el que Cameron abordaba los aciertos y fallos de la película a la hora de representar de manera fidedigna lo que sucedió.
Y, por encima de todo, continúa entre el público el debate sobre si había hueco para Jack en la tabla sobre la que se salvó Rose de morir congelada.
Lamentablemente para los seguidores de Jack, Cameron, este rechazó con elegancia sus quejas en una entrevista reciente con Vanity Fair: 'La película es sobre la muerte y la separación: él tiene que morir (...). Es arte y las cosas suceden por motivos artísticos, no por motivos físicos'.