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La decoración de un hogar no se limita a crear buen ambiente cuando vivimos en él, también hay que saber construir la atmósfera adecuada para que resulte atractivo cuando queremos vender la casa.

Vender es importante si queremos comprar. Y la venta, según los especialistas inmobiliarios, está muy ligada al aspecto que presentemos de nuestro hogar. Unas fotografías que muestren un ambiente sucio y destartalado; con trastos de por medio o sobrecargado, no es el ideal para que alguien quiera visitarla.

El 'home staging' es una técnica de marketing, 'una puesta en escena', detalla la interiorista Laura Gärna, que consiste en preparar un inmueble para su venta. Una tendencia muy habitual en Estados Unidos que cada vez más se pone en práctica en otras latitudes.

Se trata, comenta la decoradora, de, 'poner al día cuatro puntos básicos, al menos entre ellos la pintura, vaciado del inmueble, reparación de muebles, cambio de suelos y potenciar la luz. Teniendo en cuenta que la primera impresión es la que cuenta, y que donde primero se ve la casa es a través de internet, es fundamental que las fotografías sean realmente buenas', indica Gärna.

Consejos

Las paredes deben de estar libres de desperfectos y manchas y, a la hora de pintar, lo mejor es optar por tonalidades neutras que aporten luminosidad.

Los muebles tienen que estar acordes al color de las paredes. Hay que evitar sobrecargar el espacio. Lo ideal es optar por muebles ligeros, que permitan que el paso sea fluido en la vida diaria. Piezas cálidas, incluso de diferentes estilos, que ofrezcan un ambiente acogedor, 'tanto, que den ganas de quedarse', comenta la interiorista.

La empresa de bricolaje, hogar y jardín, Bricoprivé apuesta por una opción económica y que no requiere obra para cambiar el suelo, propone emplear vinílico o linóleo autoadhesivo.

Una solución en la que se coloca fácilmente el nuevo suelo encima del antiguo. Otra opción que plantean es la instalación del suelo de resina o la tarima flotante. Ninguno de estos materiales requiere de obra y son un 30 por ciento más baratos que los embaldosados.