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*Por Jhonatan Cantillo (especial)

Finalmente Ernesto Torres, el viejo Ticotín (QEPD), llegó de Estados Unidos cumpliendo un compromiso pactado con Julio Pereira, entonces propietario del picó El Rojo. El popular Ticotín, quien fuera un importante distribuidor de música afrocaribeña en el ámbito picotero, entregó a Pereira un paquete de discos. Con antelación César Romero, picotero de 'La Cobra de Barranquilla’, había recomendado a Ticotín traer especialmente Lps. de Lokassa Ya M’bongo, que para 1988 era uno de los artistas más emblemáticos a nivel de verbenas y bailes populares en el Caribe.

Según lo acordado, Ticotín trajo de La Gran Manzana un Lp del sello Sillart, que inicialmente Romero percibió con cierta duda, pero al leer los créditos reconoció los nombres de Dally Kimoko, Pablo Lubadika y Shimita, y se dijo a sí mismo: 'Esto debe ser bueno'. Tomó entonces la pasta e impulsado por una corazonada se dirigió a su casa. De inmediato encendió su tocadisco y ubicó la aguja en el track 1 (A). Era la primera vez que se escuchaba en Colombia: Tantina.

Transcurrían los primeros días de enero de 1989, y vientos de Carnaval empezaban a recorrer la Arenosa. El Boqui jamás olvidó la primera vez que escuchó aquel tema, y durante los siguientes días no hizo otra cosa que dejarse atrapar por sus vibraciones, imaginando la reacción que tendrían los bailadores y melómanos. De esta manera ingresa a la discografía de El Rojo, rebautizándola con el piconema: El Satanás, nombre con el que los verbeneros de toda Colombia identifican una de las canciones favoritas de Lokassa y de todo el repertorio africano.