Las reuniones familiares en torno al mesón de la cocina fueron las que poco a poco despertaron en Federico Martínez la pasión por la gastronomía. Para él, el desayuno de los domingos significaba más que alimentarse, era ese momento en el que compartía con los suyos.
'Mi familia siempre ha sido amante de la cocina. En mi casa, los amigos de mis papás se reunían y preferían comprar los ingredientes para que ellos prepararan la cena. Más que el hecho de hacerlo, era todo lo que estaba detrás', dice sentado en una de las butacas de Anónimo, el restaurante que abrió en diciembre del año pasado.
Recuerda que a los 12 años cocinó su primer huevo frito, 'porque me gustaba la yema aguada, pero la clara dura y me puse a probar cómo podía hacer para lograrlo'. Esa primera experiencia en la cocina hizo que durante cinco años estuviese en un camino de prueba y error, ayudado por la ausencia de sus padres, que en su momento se fueron a vivir a Bogotá.
'En ese momento el desayuno de los domingos se había acabado, por eso empezamos mi hermano y yo a hacernos todo nosotros mismos', agrega.
Al salir del Colegio Marymount quiso estudiar cocina, pero sus papás le pidieron que 'estudiara algo serio y después hiciera lo que quisiera'. Tras empezar economía en la Universidad del Norte, se presentó a la primera edición del programa Master Chef Colombia, en el año 2015, y resultó ganador.
'Afortunadamente en su momento no estudié cocina porque el programa era para amateurs. Me inscribí y fui pasando filtros, cuando me di cuenta estaba viviendo en Bogotá con 18 desconocidos', dice Martínez.
En su paso por el reality conoció a María Luisa Arias, su novia desde hace dos años y con quien el domingo viajará a Madrid, con el fin de hacer una pasantía en el restaurante La Terraza del Casino, de Paco Roncero, el español que fue jurado en el programa y con quien creó una relación mentor-alumno.
'Me voy a aprender y a conocer para volver a Barranquilla con una propuesta nueva y un espectro más amplio de lo que es la cocina. Esa experiencia me va a dejar muchas enseñanzas, porque eso allá funciona a otro ritmo. Será único e invaluable porque sé que no solo voy a ir a pelar papas, aunque es probable que lo haga, pero sé que Paco me va a aportar mucho', indica.
Anónimo queda en buenas manos el tiempo que Martínez esté fuera de Colombia, seguirá brindando experiencias gastronómicas en un formato en el que no hay entradas ni platos fuertes, solo fríos o calientes, que los comensales piden, más que para comer, para compartir.