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'Para hacer películas de terror, solo hay que conectar ese sentimiento primitivo y primigenio básico, que es el miedo', expresa el productor de cine mexicano Pablo Guisa Koestinger, quien está por estos días en Barranquilla participando en el XXI Salón del Autor Audiovisual. 

Guisa, productor de Los parecidos, es creador del Grupo Morbido, productora y distribuidora de películas, y del Festival de cine fantástico y de terror Morbido Fest. 

'Hacemos coproducción con distintas regiones, buscamos enlazarnos con directores locales para desarrollar proyectos', contó.

Al indagársele sobre el por qué de su favoritismo por el cine fantástico y de terror, Guisa manifiesta con vehemencia que es un seguidor, y que ese amor por el cine de terror nació cuando tan solo tenía 12 años.  

'Soy fan del cine de terror, me hace sentir vivo, acompaño en su proceso tanto a la víctima como al victimario', cuenta entre risas este mexicano. Afirma que lo indispensable para desarrollar un buen filme es que exista una buena historia.

'Todos le tienen miedo a algo, el miedo es distinto en cada persona, algunos le temen a la oscuridad, otros a los payasos, otros a las arañas, pero cada persona siente miedo porque el miedo es universal', relató. 

La vigésimo primera edición del Salón Internacional del Autor Audiovisual, tiene este año el tema ‘Cine Fantástico: Descubriendo otros universos’, en el que se expondrán temáticas en torno a las películas de terror, fantasía, distopía, ciencia ficción, thriller, aventura y comedia negra. 

Hoy desde las 10:00 de la mañana hasta las 11:30, Pablo Guisa hablará sobre La película La valija de Benavidez, thriller psicológico y de fantasía de la directora Laura Casabé, en la Cinemateca del Caribe sala Boston. Alfonso Acosta y Maritza Rincón disertarán conjuntamente sobre El libro de Lila y El resquicio junto a los moderadores Alejandro Navia y Martha Liga Parra, reflexionando sobre cómo coproducir en Latinoamérica. 

En el evento se presentarán las películas Los parecidos, La valija de Benavides y La posesión de Altair. 

'Estos eventos son muy buenos para que la audiencia crezca en la apreciación cinematográfica y para que nosotros los realizadores podamos tejer redes que nos permitan crear nuevos proyectos de cine latinoamericano'. 

Para este realizador, hacer cine de terror resulta paradójicamente complicado dado que, aunque no existe suficiente apoyo financiero por parte de las entidades, es el más rentable. 'Hacer cine es de por sí difícil, ahora hacer cine de terror mucho más. Existe una barrera económica aunque este sea un género muy taquillero', concluyó.