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La Plaza de San Nicolás mantenía su habitual ritmo agitado. Los vendedores ofrecían libros, bebidas, ropa y accesorios, mientras que, hasta el peatón más distraído, se topaba con una señal, a simple vista normal, pero que al leerla con detenimiento contenía un mensaje extraño: 'Precaución, no hay suficientes bancas en la plaza'. Detrás del letrero estaba ese espacio desolado, obligado a ser de paso por su falta de sombra y asientos.

Estos avisos hacen parte de la obra de Jesús Manzur para ‘Intervenirte’, una iniciativa de la fundación Cubo Abierto, con la que pretenden 'más que ornamentar el Centro de Barranquilla o convertirlo en una galería gigante al aire libre, generar un encuentro más directo, espontáneo e inesperado con el transeúnte'.