Katy Perry se mostró como nunca durante una maratón televisiva durante la que permitió que cámaras ingresaran a su casa durante cuatro días consecutivos, en una oportunidad ideal para confiar sus episodios depresivos y su guerra a distancia con Taylor Swift.
La cantante estadounidense se sometió voluntariamente a este 'reality show' como parte de la promoción de su nuevo disco, 'Witness'. Los fanáticos fueron invitados a seguirla en su casa de Los Ángeles durante todo el fin de semana y hasta el lunes por la noche en Estados Unidos.