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'Adiós mundo cruel, te dejó hoy'. Ese fue el último estado de Facebook de Sergio Urrego, el joven de 16 años, que víctima del matoneo que sufrió en el Gimnasio Campestre de Tenjo, decidió quitarse la vida lanzándose del centro comercial Titán Plaza, en Bogotá.

Este constituyó el caso más emblemático de acoso escolar en el país, ya que desencadenó una serie de eventos que tuvieron como detonante el suicidio del joven el 4 de agosto del 2014.

Hoy se conmemora en el mundo el Día de la Lucha contra el bullying o el acoso escolar. Desde el año 2013, se institucionalizó esta fecha, por iniciativa de la ONG Bullying Sin Fronteras, con el objetivo de sensibilizar y generar conciencia sobre esta problemática que afecta a menores y adolescentes en la etapa escolar, y es causante de la muerte de muchos niños alrededor del mundo.

Acoso escolar

El bullying, hostigamiento escolar o acoso escolar es cualquier forma de maltrato físico o verbal que se da entre pares de manera prolongada. Es decir, de forma sistemática entre niños o adolescentes de la misma edad. El agresor actúa frente al silencio de la víctima y la indiferencia o complicidad de los que le rodean, generalmente compañeros de clase.

'El maltrato entre iguales por abuso en las relaciones de poder se manifiesta en la vida de los niños con consecuencias a corto y a largo plazo, el miedo a ir a la escuela es la primera razón. Las relaciones con los iguales deben contribuir al desarrollo social y personal de los menores, cuando no es así, ese miedo se exterioriza con somatizaciones, problemas psicológicos, pesadillas, que en ocasiones se presentan al largo plazo, síndromes de estrés postraumático, ideaciones de suicidio, hasta su ejecución', manifestó Cristina del Barrio, catedrática de psicología evolutiva y de la educación de la Universidad Autónoma de Madrid.

Según un estudio realizado por la Fundación Amigos Unidos, en Colombia, tres de cada cinco adolescentes victimas de matoneo consultados, piensa en el suicidio y uno de cada tres lo intenta.

De acuerdo datos del director de la fundación, Ricardo Ruidíaz -psicólogo forense y exanalista de Interpol en delitos contra menores de edad- el año pasado en el Atlántico se recibieron 2.350 consultas, la mayoría en Barranquilla.

'Atlántico ocupa uno de los primeros lugares en el país en violencia física en las escuelas, teniendo las niñas gran participación. Hemos visto casos de desplazamiento por bullying en Barranquilla, suena curioso pero algunas víctimas han tenido que dejar la ciudad. Casos como estos son muy preocupantes, porque los daños que causa el acoso se equiparan a los daños que causa el abuso sexual a niños y niñas, son permanentes y de por vida', señaló.

Señales de alarma

Según expertos es importante detectar temprano las señales de alarma que revelan que los menores pueden ser víctimas de intimidación escolar, precisamente por las secuelas emocionales que tiene el abuso en la vida de los niños cuando se prolonga en el tiempo.

Los padres o las personas más cercanas a los menores deben estar atentos a los cambios de comportamiento. Si al niño se le pierden sus cosas, si pide más dinero, llega con rasguños o moretones, si llora al ir a la escuela, si está retraído o triste es posible que esté siendo víctima de acoso escolar.

'Cuando el niño presenta cambios de humor, tristeza, llanto, irritabilidad, si se ve aislado, más reservado, ya no quiere hablar sobre el colegio o tiene quejas somáticas para dejar de ir al colegio puede estar sufriendo bullying, al largo plazo esto podría producir intentos de suicidio o suicidio. Es necesario manejarles habilidades sociales para que aprendan a resolver los conflictos, buscar ayuda y si el caso lo requiere buscar consultas por psiquiatría', expresó Pilar Arroyave, psiquiatra, subespecialista en psiquiatría infantil y adolescente.

La pregunta más frecuente que se hacen los padres es ¿cómo manejar y prevenir esta situación? Algunos se sienten molestos e impotentes, otros recurren a la violencia, otros piensan que es cosa de niños y no le dan la debida importancia, Carolina Piñeros, directora ejecutiva de la red de padres Red Papaz recomienda actuar a tiempo. 'No es un juego, ni es cosa de niños, es importante actuar, hablarlo en el colegio, y si el colegio lo detecta que lo informe a la familia. Los adultos que rodean al niño deben fortalecer su autoestima'.

El acceso temprano que tienen los niños a las nuevas tecnologías, sin una correcta orientación y supervisión de los adultos puede desembocar en una problemática procedente del bullying como lo es el ciberacoso.

Esta forma de acoso escolar, se realiza utilizando los medios virtuales para lanzar ataques personales, divulgar información privada, confidencial o falsa.

'El ciberacoso se puede considerar como una forma más del bullying en el que las nuevas tecnologías se utilizan para hacer daño. Se cumplen los mismos criterios, el desbalance de poder, el deseo de hacer daño y la reiterada agresión, ya que la víctima no puede defenderse fácilmente', declaró Olga Hoyos, directora del departamento de Psicología de la Universidad del Norte.

Las contrariedades que trae el acoso en la vida de los niños y jóvenes son producto de esas relaciones desiguales de poder en la que existe una víctima y un victimario. En ambos casos los expertos recomiendan estar muy atentos a todos los cambios.

'Cuando nuestro hijo es el acosador, quiere decir que nuestro hijo no está bien. No minimicemos el hecho ni nos enorgullezcamos, porque estamos educando a alguien que no respeta normas, que no respeta los limites, y va a ser muy difícil de manejar después, corrijámoslo a tiempo', puntualizó Piñeros.