Las pinturas, los aerosoles y la imaginación sobraron. El tiempo alcanzó y, una vez terminada la obra principal, los artistas del Festival de Grafiti y Arte Urbano de Barranquilla (Killart) quisieron tener más paredes para pintar.
Pero no fueron precisamente muros la base predilecta para plasmar la técnica del Street Art, sino las viviendas palafíticas de la población de Nueva Venecia, que se encuentra alojada en la Ciénaga de Pajaral del departamento del Magdalena, las que recibieron con agrado una muestra de este arte urbano.
Esta población, con 300 casas apoyadas sobre la Ciénaga, contó con la presencia de gran parte de los artistas de Killart, quienes realizaron un viaje de cerca de 40 minutos bajo el ferviente sol, despidiéndose algunos en este lugar de la tercera edición del festival.
Los habitantes, marcados desde hace 16 años por el conflicto armado, se unieron a la jornada artística, en la que los pequeños venecianos aprendieron un poco de la técnica.