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A la deriva. Así se sintió Chris Pineda durante los tres días que pasó sin su celular, luego de que pidiera un cambio de equipo que demoró más de lo previsto. 'Me tocaba depender de las personas que tenía a mí alrededor', describe el joven de 21 años. Los expertos lo explican diferente: nomofobia, la nueva enfermedad del siglo XXI causada por la dependencia a los celulares.

'Anotaba en papelitos los números de las personas a las que llamaba, y pedía minutos a cualquiera. Una vez me pasó que dejé el reloj que uso a diario y pasé todo el día buscando el celular en mis bolsillos, me sentía perdido en el tiempo', confiesa Pineda. Y su situación se repite más de lo esperado en esta sociedad ‘presa’ de las nuevas tecnologías, sin distinción de raza, sexo o edad.

'El miedo irracional a salir de la casa sin el smartphone', así se define este fenómeno tan desconocido por muchos que puede pasar desapercibido incluso en quienes lo padecen. Si al salir de casa llega una ansiedad incontrolable cuando a mitad de cuadra se dan cuenta que olvidaron su móvil, el cargador, que les queda 2% de batería o que se quedaron sin datos, puedes sufrir de este trastorno. Aquí una explicación más detallada de sus síntomas y recomendaciones para no caer en la adicción.

¿Qué es?

El término proviene del anglicismo 'nomophobia' (no-mobile-phone-phobia). Y significa un pánico desmesurado al no tener el celular cerca. La dependencia a estos dispositivos electrónicos genera en los que padecen nomofobia una sensación de incomunicación y soledad infundada.

'La tecnología y el internet ha causado gran impacto en la sociedad actual. Si bien es cierto que ha sido un medio para mejorar la comunicación y el acceso fácil a distintas operaciones de nuestro diario vivir, ha llegado al punto en que los efectos se han sumado a ser más negativos que positivos', expresa la psicóloga Yendris Pineda Castillo.

Hoy en día solo hace falta echar un vistazo alrededor para darse cuenta de cuántas personas tienen un móvil en la mano. Eso –señala la psicóloga– ha hecho que se pierda el ámbito de compartir plenamente en entornos familiares y sociales. Y en la parte laboral el rendimiento del trabajador también se ve afectado, 'se la pasan pegados al celular'.

Y la cosa no pinta mejor. Esas conductas involuntarias que genera la nomofobia aumentan en la medida que se usen más celulares. Como lo afirma la psicóloga de consumo María Mercedes Botero: 'Mientras más se use, más se padece. Cuando la persona hace uso excesivo, para chatear, llamar o interactuar con redes sociales, perder de vista o de mano el equipo crea la ansiedad que produce la enfermedad'.

Esta adicción se ha estudiado y relacionado a una 'sensación de compañía'; es decir, la necesidad de estar conectados para no sentirse solos. 'El celular se ha vuelto la tercera mano de muchos. Se ha vuelto una dependencia que genera componentes psicológicos y biológicos', dice Botero.

¿Quiénes lo padecen?

La situación se presenta así: después de estar un día entero en la universidad o en el trabajo o al finalizar una fiesta en horas de la madrugada, ver el celular sin señal, sin carga o en el peor de los casos extraviado genera miedo, hace desear intensamente el momento de llegar a casa. Esto ocurre mayormente en jóvenes de entre 17 y 24 años, como aseguran diferentes estudios.

Aunque todos lo pueden padecer, Botero explicó que los nativos digitales, aquellos que nacieron después de los 80, son los más propensos a sufrir este trastorno. 'Para ellos es normal el síndrome de la conexión 24 horas los 365 días del año. Ellos sienten la necesidad de responder inmediatamente porque si no lo hacen sienten que no están siendo corteses'.

Agregó, además, que eso se debe a que en estas edades 'los jóvenes no habitan en el tiempo y espacio normal de las personas que nacieron en años atrás. Que, incluso, tienen conductas utópicas o morbosas de mirar el celular sin necesidad de hacerlo, solo con el fin de ver qué está pasando en las redes sociales.

La empresa Securenvoy –que diseña soluciones innovadoras para los problemas con el uso de teléfonos móviles– realizó una encuesta que arrojó que el 66% de las personas sufre de nomofobia. Los resultados muestran que el número de hombres que la padecen es mayor, pero las mujeres son las que sienten mayor ansiedad a perder su celular.

El estudio sugiere que los hombres son más propensos a tener dos celulares, por eso el quedarse sin batería aumenta los efectos negativos de la nomofobia en ellos. Además, indica que el 75% de las personas usa el celular en el baño y un 49% de los consultados dijo sentirse molesto cuando alguien revisa su dispositivo sin su permiso.

¿Cuáles son los síntomas?

Ansiedad, taquicardias, pensamientos obsesivos, dolor de cabeza, dolor de estómago y necesidad de estar constantemente revisando el móvil sin necesidad de hacerlo son algunas de las señales evidentes que presentan las personas que sufren este trastorno.

Según explica Mercedes Botero, el nomofóbico suele ser una persona insegura y de baja autoestima. Que aunque el manual de clasificación de enfermedades y trastornos mentales DSM 5 –un documento universal que habla de los diferentes trastornos– no tenga registrada esa enfermedad en su lista, esta se asocia con la ludopatía (impulso patológico a los juegos de azar) y el uso excesivo de internet.

'Esta patología hace que la persona se vuelva dependiente, porque tienen mucho tiempo de dedicación hacia el aparato. Lo cual daña los hábitos de sueño, alimentación e interacción social', puntualizó, haciendo referencia a las sintomatologías.