Sabemos de los daños que la humanidad ha causado a la naturaleza, pero en muchos casos no entendemos el alcance. Con el cambio climático y el crecimiento acelerado de la población muchas especies han visto su hábitat natural modificado e inclusive destruido por la mano del hombre (ver infografía).
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, o UICN, establece una clasificación de nueve niveles para medir el peligro en el que está cada especie, donde ‘en peligro’ es el cuarto escalón en gravedad, ‘vulnerable’ el quinto y ‘extinto’ el último.
'A través de monitoreos e inventarios se observa que hay una rápida reducción del tamaño poblacional de algún grupo de especies. Por ejemplo, cuando la especie está siendo utilizada para el consumo humano masivamente se le considera en estado de vulnerabilidad' dice el biólogo, asesor de la CRA, Joe García.
En el congreso que aconteció el pasado 4 de septiembre en Hawái, la UICN presentó la lista actualizada de animales en peligro. Entre estos se hallan 4 de los 6 grandes simios, nuestros parientes más cercanos del mundo animal.
El gorila oriental, el gorila occidental, el orangután de Borneo y el orangután de Sumatra – están ahora clasificados en la categoría ‘en peligro crítico’ mientras que el chimpancé y bonobo continuan en la clasificación ‘en peligro’
Hay menos de 5.000 de la especie de gorilas orientales en todo el mundo; la población ha bajado en un 77% en los últimos 20 años. Las causas de esta disminución han sido la cacería y la explotación de los bosques en donde habita esta especie.
Otro animal que ha visto sus números descender gravemente fue la cebra de llanura, que pasó de ‘preocupación menor’ a ‘casi amenazada’ puesto que ha bajado en un 24% su población en los últimos 14 años, de 660.000 a 500.000. Aun cuando se hallan en áreas de protección, son amenazadas por la caza de su carne y sus pieles.
'Las acciones de conservación dan resultados y cada vez tenemos más evidencias y pruebas de que es así', dijo Inger Andersen, directora general de la UICN en un comunicado de prensa publicado en la página oficial de la organización.
Gracias a estos esfuerzos, hay buenas noticias, el oso panda, fue movido de ‘en peligro’ a ‘vulnerable’. Sin embargo, se estima que en los próximos años a raíz del cambio climático, su hábitat natural, los bosques de bambú, se verán disminuidos en un 35% lo cual podría revertir este estatus.
Otros animales como el antílope tibetano, rata arquitecto, y el ualabí de bridas han pasado de ‘vulnerables’ a ‘casi amenazados’.
Pero, ¿cómo se puede ayudar a la conservación de las especies entonces? Según García, en el caso de animales de consumo se debe: 'determinar que el animal ya cumplió con una talla mínima y que puede ser objeto de comercialización y esa talla es la de un animal que posiblemente ya tuvo reproducción en el medio natural y ya puede aprovecharse para que continúe la cadena trófica', explicó.