Compartir:

Detrás de cada canonización, además de la historia de la santa o santo, hay una historia sorprendente -inexplicable en el lenguaje de los certificados médicos que acompañan al proceso- como la relatada por el brasileño Marcilio Andrino. La curación de Andrino fue uno de los dos milagros por intercesión de madre Teresa de Calcuta reconocidos por el Vaticano para elevarla a santidad.

El brasileño, que estuvo presente este domingo durante la ceremonia de canonización de la madre Teresa, recordó que un día, hace varios años, se levantó mareado, experimentando síntomas como pérdida de equilibrio y visión borrosa, a consecuencia de lo que se desmayó.

Para Andrino desde ese momento su vida cambió para siempre, según explicó, al tiempo que recordó que pese a su enfermedad decidió casarse con Fernanda, a quien había conocido en 2000 y que, según indicó durante la rueda de prensa del Vaticano previa a la ceremonia de canonización, le 'llevó literalmente del brazo al altar porque estaba muy débil'.

En 2008, poco después de la boda, fue hospitalizado y se le diagnosticó una infección rara en el cerebro e hidrocefalia, pero tras ser tratado con antibióticos durante un mes no hubo alguna mejoría, explicó.

El brasileño explicó que durante su ingreso en el hospital, su esposa se encomendó en sus rezos 'a Dios y a madre Teresa pues una antigua jefa se había curado de un aneurisma cerebral rezandole a ella'.

'La situación no mejoraba, pero aún así seguíamos rezando con mayor intensidad', explicó el brasileño.

Los médicos decidieron entonces operar a pesar de que la intervención era muy peligrosa, pero la noche antes de la operación 'tras un gran sufrimiento, pude dormir bien'.

'Me levanté y no tenía dolor de cabeza y sentía una gran paz interior. Ante la falta de dolor, los médicos me dijeron que no le iban a operar y que lo dejaban para el día siguiente', explicó.

Nunca lo operaron: 'Los abscesos se habían reducido en un 70% y la hidrocefalia había desaparecido. A los tres días hicimos más análisis: no había ningún rastro de los abscesos. Comprendí que me había curado', señaló.

Al milagro de su curación se añade el de haber podido tener hijos, pues los médicos le dijeron que 'con todas las medicinas que había tomado la probabilidad de procrear era el 1%', agregó.

'Seis meses después de salir del hospital tras una breve rehabilitación volví al trabajo y un mes después Fernanda empezó a sentirse mal. Fuimos al médico y nos dijo que estaba embarazada', explicó.

Con sus dos hijos, Mariana, de seis años, y Murilo, de cuatro, rezan ahora en familia a madre Teresa.

Cuando los periodistas le preguntaron qué sienten ahora y sobre todo estando Roma, el matrimonio brasileño sólo dijor que estaban 'muy agradecidos'.

'Hoy me ha sucedido a mí, mañana le sucederá a otro. Dios es misericordioso y quiere a todos. No me considero un privilegiado', agregó Andrino.

El otro milagro con el que se le concedió la santidad a la madre Teresa fue el de Mónica Bersa, la mujer india de 34 años que padecía un tumor en el abdomen del que sanó en 1998.

Juntos, son los dos milagros requeridos por la Iglesia Católica para poder subir a los altares a Agnes Gonxha Bojaxhium, el nombre secular bajo el que la beata nació en 1910 en Skopje, entonces bajo el imperio Otomano, y que para muchos había sido ya santa en vida.