La canonización de la madre Teresa de Calcuta en el Vaticano será el acto más multitudinario del Jubileo de la Misericordia, con la asistencia de más de 100.000 personas y delegaciones de numerosos países, y contará con un imponente sistema de seguridad.
Durante la rueda de prensa de presentación del evento en el Vaticano, el portavoz Greg Burke no quiso dar hoy estimaciones de las personas que asistirán, pero informó de que se han entregado 100.000 billetes para entrar en la Plaza de San Pedro y que se espera que los fieles también se concentren en la Vía de la Conciliazione y en las calles aledañas.
Desde hace algunos meses, por cuestiones se seguridad, Vía de la Conciliazione, la ancha avenida que llega a la Plaza de San Pedro, se ha cortado al tráfico y se han creado pasillos laterales en la carretera para facilitar el paso de los peatones.
Para el acto se ha organizado además un plan de seguridad extraordinaria por lo que la zona de San Pedro será dividida en tres áreas de control en círculos concéntricos y con la presencia de cerca 3.000 agentes de las fuerzas de seguridad y se ha cerrado el espacio aéreo en toda la zona, entre otras medidas.
En el Año Santo, que comenzó el pasado 8 de diciembre y terminará en 20 de noviembre, se han celebrado numerosos actos, pero se ha desarrollado de una manera discreta, como el pontífice deseaba, y sólo la canonización de la madre Teresa será el acto que congregará a una importante multitud y a representantes de decenas de Estados.
La delegación oficial española estará compuesta por la reina Sofía, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, y el secretario de Estado para la Unión Europea, Fernando Eguidazu.
También viajará hasta Roma la primera dama de Panamá, Lorena Castillo de Varela, y habrá una representación de Honduras con el ministro de la presidencia, Reinaldo Sánchez Rivera.
Debido a que los procesos de canonización suelen durar muchísimos años pocos pueden decir que han conocido a un santo, pero no es el caso de Teresa de Calcuta, que murió en 1997, viajó por todo el mundo y se entrevistó con autoridades de numerosos países.
Así, la reina Sofía mantuvo muy buena relación con la madre Teresa, con quien tuvo la posibilidad de estar en distintas ocasiones y a la que admiraba profundamente.
Fue quien acompañó a la fundadora de las Misioneras de la Caridad de Calcuta en la visita que hizo a España en julio de 1986, cuando inauguró en Madrid un centro de acogida para ancianos e indigentes, según explicó hoy la Casa Real.
Además, como recordó hoy el portavoz, también la madre Teresa estuvo en la sala de prensa del Vaticano en una de sus visitas a Juan Pablo II.
En la rueda de prensa de hoy, Mary Prema Pierick, la actual superiora general de las Misioneras de la Caridad, la congregación que fundó Teresa en Calcuta, recordó 'la humildad' con la que se comportaba con todos y cómo siempre 'aceptaba todo, también las cosas difíciles', y 'nos alentaba a continuar'.
'Su sonrisa era el mejor regalo para Jesús y para nosotras', explicó la superiora enfundada en su sari blanco con ribetes azul, como los que llevan las centenares de hermanas de la Caridad, que han llegado desde todos los rincones del mundo para participar en el acto del domingo.
Para el padre Brian Kolodiejchuk, superior general de los padres Misioneros de la Caridad -también fundado por la religiosa- y postulador de la causa de canonización, la madre Teresa es 'una santa para todos' y, aunque explicó que será la protectora de los 'más pobres', también bromeó al asegurar que bien podría ser 'la santa de los viajes', ya que visitó todos los rincones del mundo'
Kolodiejchuk aplaudió que Teresa de Calcuta sea canonizada durante el Jubileo de la Misericordia, 'porque era muy consciente de la necesidad de la misericordia'.
El papa Francisco será el encargado de oficiar el domingo la misa de la Canonización, que comenzará a las 10.30 hora local (8.30 GMT) y a la que asistirá el brasileño Marcilio Haddad Andrino, cuya curación, considerada inexplicable, fue la elegida para que la madre Teresa subiera a los altares.