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Los golpes que padeció en las marchas de las Jornadas de Protesta Nacional en la Chile de 1980, contra el régimen dictatorial de Augusto Pinochet, fueron la inspiración, años después, para su poesía. O la del espíritu rebelde que esconden sus letras y, también, la pintura de su arte visual. Diez años de esa obra de Leo Lobos llegó, de sus propias manos, a Barranquilla en un material audiovisual de siete minutos.

Entre música e imágenes el poeta y artista visual chileno 'jugará' con los sentidos del público de PoeMa Río 2016 –que se realiza hasta el domingo 21 de agosto–, el evento que lo hizo arribar como invitado a la ciudad.

En una pausa de las jornadas, el también ensayista, traductor y gestor cultural –laureado Unesco-Aschberg de Literatura 2002– hizo una introspección sobre el contexto social y político que lo creó como artista, e hizo una reflexión sobre el estado de la poesía en Latinoamérica.

¿Cómo unir dos artes tan, aparentemente, lejanas como el arte visual y la poesía?

No fue nada premeditado. En mí se han ido dando esta suerte de habilidades. En esta época donde se habla de la profesionalización, el ejercicio interdisciplinario es para mí una especie de rebeldía a esos límites que impone la sociedad. Los límites se los pone uno mismo. Yo soy un surrealista, así me defino. Creo en el automatismo, en no llevar una tabla o guía, ni en usar un mapa en el proceso creativo; sino en dejar fluir las cosas.

Otra de sus facetas es la traducción, y le ha dedicado gran parte de ese trabajo a Brasil, ¿por qué este país?

Ahora mismo estoy trabajando en un libro de traducción sobre la literatura brasilera. Brasil es un país latino pero Latinoamérica no sabe nada de él, porque no comparte su idioma. No sabemos en qué están los procesos creativos a pesar de lo cercanos que somos, y su construcción de lenguaje es muy rico. Entonces hago el ejercicio de traducir sus libros para que se conozca.

¿Qué reflexión espera dejar con sus obras?

Vivimos en un mundo muy trágico, en donde el arte cumple una función liberadora, esperanzadora. El arte debe ser una luz en medio de esa oscuridad. Y la poesía, en particular, también es una gran herramienta práctica para enriquecer nuestras comunicaciones, las que nos permitan tocar a otra persona sin tocarlo, que permiten mejorar nuestra condición humana.

Para entender más su poesía, ¿en qué contexto social se desarrolla Leo Lobos?

Yo soy de la generación que nos tocó la misión de defendernos de una dictadura militar salvaje que fue la de Pinochet. Fuimos los que organizamos las primeras protestas sociales, y tuve que ver la muerte de muchos compañeros de universidad. Pero esa nuestra obligación moral y social con nuestro país. En esa época yo tenía 18 años y fui influenciado por grande poetas chilenos como Aristóteles España y Raúl Zurita.

¿Cómo acercar más la poesía al público que permanece lejana a ella?

La poesía debería ser para el público pero sigue siendo de una élite que se acerca a ella por interés propio, por un interés que, por alguna razón, surgió en ellos. Pero el arte es un elemento fundamental para el desarrollo humano, y en eso hay una lucha también de los artistas, de tratar de hacer su arte más accesible para todo público. Pero también hay un desinterés de publicar sobre arte, de divulgarla, y mientras eso no pase, no le va a llegar a nadie.