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Aves vistosas como las coloridas guacamayas y los pericos comunes son ampliamente apetecidas en el mercado del tráfico ilegal de especies, pero no son las únicas. Según cifras del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en Colombia diariamente son incautados en promedio 113 animales, dentro de los que hay especies de aves exóticas.

En este contexto un equipo del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt desarrolló códigos de barras genéticos para identificar casi la mitad de las especies de aves traficadas de forma ilegal en Colombia, algunas de las cuales parecen representar especímenes aún no descritos.

Henry Arenas Castro, investigador del Laboratorio de Genética de la Conservación del Instituto Humboldt, explica que hoy en día, aunque se cuente con las muestras de especies traficadas, no es posible identificarlas en todos los casos.

'Por ejemplo, si incautas un huevo o un pichón es difícil identificarlos porque aún no exhiben los rasgos propios de la especie o porque les pintan las plumas u otras partes del cuerpo para hacerlos pasar por una especie que no son; incluso, algunos traficantes con experiencia en el tema remueven plumas o parches de los individuos, rasgos claves para saber a qué especie pertenecen', describe el investigador en un comunicado oficial del instituto.

El código de barras de ADN se basa en el uso de una región del genoma que sirve como etiqueta para la identificación rápida de especies. En este tema el Laboratorio de Genética de la Conservación del Instituto Humboldt trabaja para identificar especies silvestres víctimas de tráfico ilegal en Colombia, a partir de 281 muestras de tejidos provenientes de todo el país.

Los investigadores generaron secuencias del código de barras genético de 152 especies de aves de Colombia, especialmente endémicas, protegidas legalmente, incluidas en los apéndices de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y en riesgo por tráfico ilegal. Algunas de estas especies son loros, colibríes y aves de caza, 47 de las cuales carecían de esta información.

Por primera vez se obtuvieron los registros de códigos de barras de ADN para 38 colibríes, cuatro loros, tres halcones y dos especies de búhos, principalmente endémicos de los Andes del Norte, lo que corresponde al 46% de las especies de aves registradas en la lista colombiana CITES, según información publicada en la reciente edición de la revista Molecular Ecology Resources.

A partir de este insumo, individuos de cualquier especie catalogada genéticamente pueden ser identificados a partir de gotas de sangre, plumas, huevos o muestras de músculo y huesos. Esta información es una herramienta valiosa no solo para autoridades ambientales y judiciales, sino también para la comunidad académica, pues once de estos especímenes mostraron señales genéticas que indican que su diversidad es mayor a la esperada.

Datos genéticos

Según los datos registrados en el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia (SiB), en nuestro país los grupos mejor representados tienen secuencias genéticas de apenas un 5% de sus especies, lo que acentúa la necesidad de aumentar tales estudios en el país, más si se considera que la variabilidad del ADN en las poblaciones está relacionada con el potencial de adaptación que las mismas tienen frente a cambios en su ambiente; de tal manera que datos de esta naturaleza permiten calcular el flujo genético entre poblaciones, aislamiento o conectividad y, por ende, vulnerabilidad a la extinción.

*Con información del Inst. Humboldt