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El parque Sagrado Corazón se llena hoy de arte contemporáneo con el proyecto de ocho artistas emergentes, quienes pondrán a los transeúntes del lugar a repensar el Caribe, sus problemáticas, sus tradiciones, sus personajes. Desde las tres de la tarde se desarrollará esta primera edición de Intervenirte Barranquilla, un evento en espacio público que busca facilitar y promover espacios para nuevas propuestas artísticas.

'En la ciudad se están gestando ideas, proyectos y obras novedosas que, además, incluyen al espectador y la interacción con el mismo, coadyuvando así a un cambio en la misma sociedad', afirma Steefany González Teherán, curadora de la exposición.

En 2015 se realizó una muestra de proyectos artísticos pensados para espacio público titulado ‘En papel’, porque la exhibición no llegaría a materializarse. Por eso, la Fundación Cubo Abierto decide crear Intervenirte como la forma de sacar del papel esas propuestas y transportarlas a parques y plazas de la ciudad.

El grupo de artistas que exponen hoy está conformado por Gisella López y su obra Tenoria, un grabado popular sobre la marginal negra Eufemia Tenorio de las antiguas casas de cita de Barranquilla. María Redondo y su obra Tinto, que rescata la tradición de 'tomar café negro a cierta hora de la tarde'. Antonia Zennaro y su obra Rostros sonoro-pacíficos: las últimas cantaoras de Bahía Solano, una serie fotográfica de estas mujeres descendientes de culturas ancestrales.

El colectivo Ruido y su obra Histeria tropical, una intervención sonora que recopila sonidos de diferentes zonas de la ciudad que luego son reproducidas en estancias públicas. Eduardo Araújo, quien plantea un interés plástico por materiales de construcción, como varillas y cemento. Camilo Rojas y su obra La planta del pie, que busca una forma en la que las plantas puedan ayudar a la descomposición de materiales como cuero, tela, goma y espumas sintéticas.

Y Lorena Gullo con dos obras. Reverence, una intervención que metaforicamente lleva a la veneración del árbol como símbolo de sabiduría. Y Testigos expectantes, que busca volver nuestra mirada hacia los árboles a partir de la humanización de los mismos.