Compartir:

Esta sería la primera estrella de Junior sin Édgar Perea desde que el chocoano juró rendirle amor eterno al ‘tiburón’. Bautizarlo ‘tu papá’ fue su más grande regalo, y Perea, padre a su manera del equipo rojiblanco, será de esos que hoy se extrañarán. Será una final sin su voz, sin su particular aliento, y sin la invitación a recitar el corito celestial. Él no está, pero quedan sus amigos y colegas, quienes, sin ponerse de acuerdo, cada uno desde sus cabinas, han coincido en recordar al desaparecido locutor con las frases que, seguramente, hubiera pronunciado en esta instancia final de la Liga Águila.

'¡A Junior hay que matarlo para derrotarlo!', dice queriéndolo imitar Mike Fajardo, periodista deportivo de Antena 2 y RCN, con el particular acento del fallecido chocoano.

Predecible, como dice su hijo, Édgar Perea Jr., son las frases que asestaría contra los rivales del ‘tiburón’. 'Barranquillero de El Bosque, caballero, ¡grande! Usted sabe bailar, le puso el color…', continúa Fajardo delineando lo que, para él, habría sido el comentario de ‘el Campeón’ sobre el particular baile de Luis Narváez luego de sus cobros de tiro penal.

Su colega Raúl, el ‘Mono’ Correa, va más allá y, con desparpajo, describe al barranquillero cantando, en tono Perea, que 'este es un jugador que tiene categoría, caballero. El swing, la energía de la gente barranquillera, del barrio El Bosque, para restregárselos en la cara, porque ni eso: no tienen la gracia, no tienen el salero ni tienen el swing que tiene la gente barranquillera. Ese es Lucho Narváez, caballero'.

Para Sebastián Viera también habría repertorio, ¡por supuesto!. 'Ese sí era su punto débil. Ese golazo para él era una obra de arte', anota el heredero natural del más grande comentarista deportivo de la radio colombiana, en referencia al antológico gol de tiro libre del arquero uruguayo. 'Viera, Viera quiere gloria, busca la gloria. ¡Golazo de Viera! ¡Gol, gol, gol, gol! Sebastián, se pone de pie el Metropolitano, ¡qué golazo, Señor Viera'. Todo, claro está, contado y cantado en el tono de quien también fuera político.

Con Vladimir anotando en el minuto 85, con un Millonarios clasificado a la semifinal, 'ahí si se hubiera desgargantado. Ahí hubiera perdido la compostura. Él con un gol de Junior a esa instancia se descomponía', recuerda Édgar Jr.

'Ya estaban cantando el tanto de la victoria de Millonarios y apareció Vladimir. Eludió uno, sacó otro y se infló la valla del equipo de los Millonarios. ¡Jugador de categoría, Vladimir Hernández!. Ese es el Junior, Junior de Barranquilla, porque a Junior hay que matarlo para ganarle. Ahí están: sufriendo en las tribunas. Miren esas caras lánguidas, esa caras de sufrimiento, y le vamos a pintar la cara a todos los cachacos'. Algo así, en voz de Correa, es lo que diría ‘el Campeón’.

Hoy, horas antes del primer juego decisivo, cambiaría todo su ‘ritual’, según su hijo: su comida, su ropa, 'todo'. Traducido a lenguaje radial, por Mike Fajardo, sonaría así: 'Junior no se va a dejar amilanar porque el Junior toca, porque el Junior reduce, porque el Junior es un equipo que tiene gol. ¡Junior es tu papá! y eso lo saben ustedes. A Junior hay que matarlo, y eso lo va a demostrar'.