Un despliegue de color y creatividad llega hoy a la ciudad. 38 manos, 19 artistas, 6 muros y alrededor de 1.000 metros cuadrados trae la segunda edición de Killart, que se inicia hoy y se extenderá hasta el 3 de junio. A través de grafitis, invitados nacionales e internacionales intervendrán espacios públicos olvidados para recuperar su viveza y propiciar el encuentro social (ver infografía).
'Este año hemos decidido tomar seis puntos distribuidos en distintas zonas de la ciudad, de norte a sur. Con la finalidad de acercar el arte callejero a espacios alternativos, mirarlo de afuera hacia dentro y en perspectiva', asegura Philippe Mouchet, director de la Alianza Francesa, entidad que abandera el festival.
En busca de ser la ciudad cosmopolita a la que está llamada, Barranquilla espera construirse, también, con arte urbano. Con los ejemplos de grandes metrópolis, Killart busca transformar y recuperar sectores abandonados para volcar las miradas de la comunidad hacia ellos.
Río de Janeiro y sus favelas, Wynwood, el antiguo barrio industrial de Miami; el barrio Brick Laen, en Londres, entre otros, son algunas de las ciudades que convirtieron sus muros en lienzos y sus calles en galerías a cielo abierto. Esa es la visión de Killart.
'La cuarta ciudad más grande de Colombia, en perpetuo movimiento y que no para de crecer, tiene todos los recursos culturales para afirmar su identidad apropiándose de los códigos del grafiti. Con esa idea nace el festival', afirmó Jorge Ferreira, director cultural de la Alianza Francesa.
Pero, además, es una oportunidad para resaltar el talento local, nacional e internacional del arte urbano, que por mucho tiempo estuvo relegado a los estereotipos sociales. Los muros que antes se adornaban de forma ilegal hoy tienen su propio espacio para poner en marcha sus estilos desde las temáticas más diversas.
Este año los artistas tendrán honorarios, con el apoyo de la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo de Barranquilla, que aportará 30 millones de pesos al festival, el cual también recibirá financiación por parte del Ministerio de Cultura.
'Conozco la transformación que el grafiti ha hecho en otras ciudades y no podía quedarme atrás. Este es un nuevo espacio para los artistas que antes era negado. Hoy estos lienzos de ciudad están dispuestos para ellos. Al final, gana la ciudad, porque a futuro el turismo se verá beneficiado', afirmó Juan José Jaramillo, secretario de Cultura.