Entre lluvia se entonaron las canciones que dieron inicio a la celebración del Pentecostés, que se realizó en la tarde de ayer en el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez.
Pentecostés, para la Iglesia católica, se lleva a cabo 50 días después de la Pascua, conmemorando el nacimiento de la Iglesia. La celebración de la fecha en Barranquilla fue organizada por la emisora Minuto de Dios, que convocó a personas de distintas iglesias católicas de Barranquilla y del Departamento.
A las 3:30 de la tarde subió al escenario el padre Alberto Linero, quien lideró la reflexión de la jornada, que estuvo enfocada al tema de la misericordia.
'Hay que reconocer que todos tenemos una inclinación al pecado, que no somos santos, para poder gozar de la misericordia de Dios', comentó el sacerdote ante una audiencia que escuchó atento.
Situaciones de la cotidianidad familiar también hicieron parte de su discurso. 'A los pelaos de ahora no se les puede decir nada porque se traumatizan. A mí me reprendieron y muy bien que aquí estoy', comentó de forma jocosa, y el público respondió con risas y aplausos.
El acontecer nacional tampoco escapó de las palabras de Linero. 'A veces me pregunto en qué momento nuestro país se llenó de tanto odio, necesitamos una forma nueva de sentir y de pensar', dijo el padre al referirse a la polarización y la violencia que se vive en Colombia.
'Esta sociedad se volvió loca, se olvidó de los valores de Cristo, necesitamos nuevos impulsos. Tenemos que cambiar nuestros pensamientos, porque nos llenamos de envidias y celos que nos separan', expresó el sacerdote samario, quien finalizó su intervención con una oración por la ciudad y el país, así como por los asistentes.
Con la caída de la tarde, las sombrillas se abrieron en las gradas del estadio para acompañar a los asistentes del evento, quienes permanecieron hasta el final del evento pese a la torrencial lluvia que acompañaron la jornada.
Luego, el padre Linero se presentó el grupo de danza Huellas de Fuego. La eucaristía presidida por el arzobispo Jairo Jaramillo cerró la celebración de Pentecostés, que finalizó con canciones de agradecimiento y más lluvia.