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Un talento desaforado, una ambición superlativa, símbolo del exceso y también de la excelencia, la muerte de Prince a los 57 años supone el fin de un genio incontenible y una figura indispensable de la música negra y el pop.

Obras maestras como los discos 'Purple Rain' o 'Sign o' The Times' marcaron la cúspide de un artista cuyo trabajo, por profundidad y éxito comercial, brilló especialmente en los años 80, época en la que sólo Michael Jackson podía, tal vez, hacerle sombra dentro de la música negra.

A lo largo de sus más de 30 álbumes, Prince dio forma a un cóctel musical innovador y verdaderamente excitante, en el que cabían estilos como el rock, el funk, el soul, el pop, el rhythm and blues y la psicodelia.