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Soledeñas de pura cepa. Así se describen con orgullo unas 20 mujeres de la tercera edad que ayer se robaron los aplausos de los asistentes a la Plaza de la Paz, durante el Festival de la Tradición 2016.

‘Las Estrellas del Siglo XX’ son las que le dan brillo a la Danza de La Cereta, en cabeza de Dora Zarache de Vengoechea, una 'cambambera' de 77 años que desde hace más de 20 decidió consolidar un grupo de danzantes con adultos mayores.

'A los jóvenes y niños los invitan a todas partes, y a nosotros los adultos mayores, ¿qué? Nos tenían apartados en un rincón. Ahora con estas hermosas señoras hacemos lo que podemos, porque ya la vitalidad no es igual que cuando estábamos jóvenes', dice Zarache, con su firme voz líder.

Ellas hacen lo que pueden, pero como deben. No en vano fueron una de las 33 danzas de relación que protagonizaron el festival. Meneando sus polleras amarillas al compás de sus caderas, estas verdaderas estrellas del siglo XX revivieron la tradición de las ceretas.

'Mi padre fue un desletrado, por la mala situación, y yo, tejiendo ceretas, pagué mi educación', reza uno de los versos que se escucharon desde la tarima y que identifica a Matilde de Moya, una soledeña de 75 años que desde niña aprendió a tejer, con enea y fique, el envase de protección para las botellas de aquella época.

Con las ceretas que vendía, Matilde recuerda que se compraba lápices, cuadernos y uniformes para ir a la escuela. 'Y eso que el colegio antes era más rígido que ahora, porque había que estudiar mañana y tarde, de lunes a viernes; sábado, mediodía, y los domingos se iba a misa', destaca esta ‘estrella’, mientras se acomoda su sombrero vueltiao con flores.

Matilde tiene seis hijos, 21 nietos y 8 bisnietos, y le alcanza el tiempo para ensayar, religiosamente, todos los martes y jueves del año en la casa de Dora Zarache. La cita es de 3 a 4 de la tarde, sin falta, porque en los pueblos del Atlántico siempre las aclaman y ellas necesitan estar preparadas.

De fantasía a tradición. La comparsa Afrokings ha participado en el Carnaval de Barranquilla durante los últimos siete años. En la Noche de Comparsas y en la Gran Parada de Fantasía siempre se distingue por la precisión con la que sus bailarines siguen las coreografías y ‘brillan’ entre las plumas y lentejuelas de sus vestuarios, 'como verdaderos reyes afro'.

Sin embargo, por primera vez, ocho parejas de la conocida comparsa decidieron despojarse de los exuberantes tocados para forrar su cabeza con un simple capuchón. El vestuario con canutillos bordados quisieron reemplazarlo por una sencilla trusa marrón con flecos rojos y blancos. Y así, al caer la noche, juntos danzaron como si se tratara de un gran ciempiés.

'Este es un proyecto nuevo que nace de las ganas de promover y difundir las danzas especiales. He escogido representar los movimientos del ciempiés, pero en medio de un show, porque pienso que la danza es dinamismo, creatividad y espectáculo', expresó Iván José Mendoza, director de Afrokings y ahora fundador de la danza Ancestros.

El grupo de jóvenes entre los 13 y 28 años, proveniente del barrio San Luis, fue una de las 26 danzas especiales que hasta la noche de ayer estuvieron exaltando la tradición caribe.

Alegre homenaje. Pasadas las 3:30 de la tarde, en la mitad de la programación del festival, hubo espacio para rendirle homenaje a los 48 años de trayectoria de Vicente Pérez Barranco, fundador de la Danza de los Micos y Micas Costeños.

Ni la fractura de cadera que sufrió hace tres meses fue impedimento para que este hombre de 83 años se levantara de su silla de ruedas y bailara y se rascara como el mico líder de su danza.

Un emotivo video, en el que participaron su hija, jóvenes de la danza y hasta el mismo Pedro ‘Ramayá’ Beñtrán, sirvió para recordar y agradecer públicamente la labor de Vicente, quien alzó con orgullo su placa de reconocimiento otorgada por Carnaval S.A y la Secretaría Distrital de Cultura.