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Desde la terraza de la Casa Moreu se ven los vehículos transitar sobre la calle 68 con carrera 62. Esa misma vía, desde hace 15 años, sufre una transformación total durante los cuatro días de Carnaval: el concreto se convierte en pista de baile; el bulevar, en gradas, y desde la terraza se erige el escenario principal que da paso a la Carnavalada, el espacio cultural que pone a dialogar a las expresiones contemporáneas del arte con la tradición carnavalera.

Darío Moreu es el artífice de esta dinámica cultural y social que promueve, desde 2001 la Carnavalada. El director de la organización Ay, Macondo habló con EL HERALDO sobre la historia y el proceso de crecimiento de la iniciativa, así como de la actual edición, que celebrará su ‘quinceañero’, los artistas invitados y la proyección a futuro.

p ¿Cómo nació la propuesta del espacio cultural de la Carnavalada?

r Este evento es una respuesta contemporánea que tiene como raíz la expresión tradicional del Carnaval, tanto a nivel musical, dancística, teatral y artesanal. Fue un proceso que nació porque nosotros participábamos con los disfraces en los desfiles y veíamos que el espacio se nos iba agotando. Pensamos que era necesario un espacio para las artes escénicas en el Carnaval, y por esa necesidad empezamos a construir un evento que le diera participación a esas expresiones. En ese momento también veíamos que había una contaminación visual de las marcas y una estratificación cada vez más marcada que rompía ese sentido participativo del Carnaval.

p ¿Cómo fueron las primeras ediciones del evento?

r Muy modestas. Con 200 o 300 asistentes, invitamos varias danzas de relación y artistas de teatro locales. Nosotros nos planteamos hacer la Carnavalada como un evento gratuito y participativo, que diera cuenta de lo que necesitaba la fiesta. En 2001, 2002, años en los que arranca la Carnavalada, se generó un poco de prevención, porque a comienzos del siglo se dieron las primeras rupturas de la Batalla de Flores y se llegó a pensar que era una disidencia. No se comprendió, en su momento, que lo que necesita el Carnaval es diversificar las expresiones. Barranquilla es una ciudad tan grande que no podemos concentrar todo en un solo lugar.

p Este año es el ‘quinceañero’. ¿Qué siente y qué retos se plantea en esta nueva etapa?

r Siento gran satisfacción por la acogida que ha tenido el evento durante estos 15 años. Ha ganado grandes dimensiones, a pesar de que no hacemos ningún tipo de publicidad. Hemos logrado consolidar una nueva posibilidad para el Carnaval y eso nos implica grandes retos, porque tenemos la necesidad de crecer. La idea es abrir un espacio alterno, simultáneo a este, que abra la posibilidad a formatos más grandes para mayor participación internacional y de expresiones musicales contemporáneas que hacen un trabajo a partir de la música tradicional. Pensar en un espacio alterno es proyectar la Carnavalada 15 años adelante. El Parque Cultural suena como una buena opción para este propósito. Las ganas están, lo que falta es el dinero.

p ¿Cómo será la celebración de los 15 años?

r La programación de la Carnavalada es siempre una sorpresa. Hemos querido manejar eso, pero estén seguros de que no serán inferiores a los anteriores. Para la apertura vamos a organizar un gran baile de vals para celebrar los quince años. Abrimos unas inscripciones por pareja para entregar la guía para bailar el vals Tristezas del alma, con sus galas tipo carnavalera. Tendremos a Totó la Momposina el lunes, a Juventino Ojito, grupos de teatro de Medellín y Bogotá y muchas sorpresas. ¡La fiesta va a estar muy sabrosa!